El legado artístico del escultor Cristino Mallo ya está en el Castillo de Santa Bárbara
El legado artístico del escultor Cristino Mallo llegó el pasado jueves al castillo de Santa Bárbara de Alicante. Son 74 piezas que están siendo desembaladas e inventariadas para configurar una exposición que se celebrará en una fecha todavía por determinar. A estas esculturas de muy diversos formatos y estilos se unirán en breve 15 bronces y 37 dibujos para completar la muestra, que se exhibirá en la sala de exposiciones temporales antes de pasar a engrosar la colección permanente que la Fundición Capa ha habilitado en la fortaleza alicantina.
Estas obras, además de 17 cajas llenas de libros y documentos de la biblioteca privada de Cristino Mallo, conforman la donación realizada por la familia del escultor a la Fundición Capa, una de las colecciones de escultura más importantes de Europa. La donación se completa con una colección de cartas producto de la correspondencia que Mallo mantuvo con algunos de los artistas y literatos más importantes de su época, además de con el molde de la estatua de la diosa Minerva que corona el Círculo de Bellas Artes de Madrid. "La familia de Mallo deseaba que la obra se expusiera con dignidad", señala Eduardo Capa. Los volúmenes pasarán a formar parte de la biblioteca especializada en escultura que se abrirá en las dependencias del castillo. Los fondos se completarán con tratados sobre este arte y todas aquellas publicaciones sobre la materia que respondan a los criterios de rigor y seriedad. Una vez configurada, la biblioteca se abrirá a la investigación y al público en general, de acuerdo con el objetivo principal que la Fundición Capa se marcó cuando decidió exponer sus esculturas en el castillo de Santa Bárbara: "Acercar la cultura al pueblo con una exposición dinámica y viva cuya única función es servir al pueblo, contribuir a su enriquecimiento, alejada de los intereses políticos", asevera Eduardo Capa. Para ello, los Capa prevén organizar seminarios y cursos sobre la obra de diferentes autores, además de enseñar técnicas de modelado y fundición a estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de Altea. La obra de Cristino Mallo es ecléctica y refleja a la perfección el carácter radicalmente anárquico del escultor. Pese a que se le ha intentado enmarcar en la nueva figuración, Mallo trascendió las barreras que encauzaban las corrientes artísticas y bebió de todas las fuentes. Una obra artística desigual que se hace eco de la personalidad de Mallo, un desconfiado militante con un ácido sentido del humor que, según su buen amigo Eduardo Capa, daría para contar mil anécdotas.
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