Díaz Berbel respalda en parte la versión de Carmona y defiende su honestidad

El alcalde de Granada, José Gabriel Díaz Berbel, declaró ayer como testigo en el juicio por un presunto delito de cohecho y maquinación para alterar el precio de las cosas contra el ex concejal del PP, Francisco Jiménez Carmona, y respaldó en parte la coartada argumentada en la víspera por el acusado. Berbel dijo que la tarde del 19 de marzo de 1996 -momento en que supuestamente Carmona recibió del gerente de la empresa Seguridad Baza los 5,1 millones de la extorsión- el imputado estuvo "permanentemente" en su casa celebrando su santo. "Creo que sí almorzó o, a lo mejor, llegó a los postres y se marchó cuando estaba oscureciendo", testificó el alcalde, que se mostró bastante impreciso. Berbel, que reconoció su amistad con Carmona, desbarató, sin embargo, la otra fecha clave de la coartada del ex concejal: el 15 de marzo de 1996. El imputado asegura que aquel día -y no varios antes como mantiene la acusación- abrió en el despacho del alcalde las plicas presentadas para la adjudicación del servicio de vigilancia del cementerio de Granada. Berbel, por el contrario, declaró que no tenía la certeza de que Carmona abriera los sobres en su presencia. Respecto de Carmona, el alcalde aseguró que es un hombre "honesto a todas luces, aunque le falta mano izquierda". El gerente de Emucesa, empresa gestora del cementerio de Granada, también declaró ayer y dijo que Carmona -que fue consejero delegado de la entidad- varió el sistema de adjudicación de subcontratas. "Antes de llegar él la adjudicación iba precedida de un informe técnico. Carmona decidió abrir personalmente los sobres con las ofertas de las empresas y contratar los servicios sin consultar a los técnicos", declaró José Antonio Muñoz.