El PNV y EA cierran un pacto electoral para salir del estancamiento del voto nacionalista

El PNV y EA cerraron ayer un acuerdo que la primera formación no duda en calificar de "histórico" y que permitirá a ambos acudir en coalición a los comicios de junio, 13 años después de la traumática escisión del PNV. La alianza busca romper el estancamiento del voto nacionalista, frenar el impulso al alza del PP y evitar que las instituciones alavesas caigan en manos no nacionalistas. El pacto, que se extiende a las comunidades vasca y navarra, será presentado en público mañana por los respectivos presidentes, Xabier Arzalluz y Carlos Garaikoetxea, los protagonistas de la escisión. El primero atribuyó ayer el acuerdo al "ataque masivo" al nacionalismo.

"No es que hemos convenido en una coalición, nos han obligado", enfatizó el presidente peneuvista en declaraciones a Canal Gasteiz. "Es tal el ataque masivo al nacionalismo, poniéndonos a nosotros a las órdenes de ETA y tantas cosas, que psicológicamente nos han forzado a aunar esfuerzos", agregó. Arzalluz anunció que el sábado él mismo y Garaikoetxea firmarán "un documento, que ha costado". En este punto, se refirió a populares y socialistas, de que dijo: "Estaban muy contentos, con toda esta escisión, porque hasta entonces teníamos diputaciones, ayuntamientos y el Parlamento vasco". "Nos escindimos", prosiguió, "y eso quita mucha fuerza, y aparte de todos los odios y demás que suele haber, ahora nos van a ver firmar a los dos que pasamos por enemigos". Antes de la firma del sábado, las respectivas asambleas nacionales ratificarán, previsiblemente mañana, el acuerdo. A falta de perfilar los últimos detalles, los dos partidos presentarán listas conjuntas en las Juntas Generales, para cuyas presidencias tendrán candidatos comunes, el Parlamento navarro, las alcaldías de las tres capitales vascas y Pamplona y otro medio centenar de municipios. El largo debate que ha conducido a la coalición ha estado marcado por las dificultades para concretar un acuerdo de "carácter nacional" y por las exigencias de EA, consciente de que el principal interesado era el PNV. "Frentismo" Los dos partidos han comprobado, elección tras elección, que no despiertan entusiasmo entre los más jóvenes y que su electorado se ha estancado con tendencia a bajar -el PNV perdió un escaño en las autonómicas del pasado mes de octubre, mientras EA cedía dos-. Un panorama que desde 1994 es más evidente debido al alza del Partido Popular -subió cinco escaños en las autonómicas-, que en poco tiempo está recuperando mucho terreno perdido, hasta el punto de que para junio se le da como ganador en Álava. Los populares recibieron ayer el anuncio del pacto considerándolo "la expresión del frentismo político de un nacionalismo radicalizado", en palabras de su presidente alavés, Ramón Rabanera. La victoria de los populares, unida a la posibilidad de un pacto con el PSE, dejaría en manos no nacionalistas la Diputación Foral, y posiblemente el Ayuntamiento de Vitoria, lo que plantearía una verdadera revolución política. El portavoz del PNV, Iñigo Urkullu, calificó ayer el acuerdo como "histórico". El secretario general de EA, Inaxio Oliveri, no se atrevió a tanto, pero le concedió una importancia vital "porque da al nacionalismo vasco un valor añadido". La coalición concurrirá a las urnas con el nombre PNV-EA en aquellos municipios o instituciones en que los de Arzalluz ganaron en 1995, y como EA-PNV donde venció Eusko Alkartasuna. El candidato a alcalde de Bilbao será el actual consejero de Sanidad, el peneuvista Iñaki Azkuna; en Vitoria, la diputada de Bienestar Social, también del PNV, María Jesús Aguirre, mientras que en San Sebastián el primer puesto lo ocupará un candidato de EA aún por designar. En el caso de las Juntas Generales, será el PNV el que presente candidato a diputado foral en las tres provincias, dejando lugares preferenciales en las papeletas para los candidatos de Eusko Alkartasuna. Los candidatos a presidir las Juntas Generales de Vizcaya y Álava serán peneuvistas, mientras que en Guipúzcoa será un miembro de EA. Respeto a EH En Navarra, Eusko Alkartasuna aportará los primeros nombres tanto para el Ayuntamiento de Pamplona como para el Parlamento foral. El acuerdo permitirá a EA volver a tener representación en el consistorio bilbaíno, que perdió en 1995, y en los municipios de la Margen Izquierda, donde tiene votos, pero no concejales. Los nacionalistas respetarán a Euskal Herritarrok en aquellos municipios en que la lista de la marca electoral de Herri Batasuna sea la más votada, lo que no sucederá si los más votados son socialistas y populares. Una premisa que coincide, aunque no en su totalidad, con la demanda del portavoz de EH, Arnaldo Otegi: "Espero", dijo ayer en Bilbao, "que PNV y EA presenten listas conjuntas en aquellas localidades en las que las fuerzas estatalistas puedan poner en peligro la primacía del nacionalismo".