El BSCH inicia su andadura con un ambicioso programa de objetivos para los próximos dos años

La cúpula del Banco Santander Central Hispano (BSCH) dio ayer el banderazo de salida real a la nueva entidad. En una convención de 1.500 directivos, los copresidentes, Emilio Botín y José María Amusátegui; el vicepresidente primero, Ángel Corcóstegui, y el vicepresidente Matías Rodríguez Inciarte expusieron las líneas maestras sobre las que girará el banco. Además, establecieron los objetivos a alcanzar en los próximos dos años. Entre ellos, una previsión de aumento de beneficios del 25% anual acumulativo. El BSCH, según eso, ganará 1.953,28 millones de euros (325.000 millones de pesetas) en el 2000.

"Muchas gracias. Y ahora, a trabajar". Con estas palabras, pronunciadas al filo del mediodía, clausuraba Emilio Botín la convención de 1.500 directivos del BSCH que tuvo lugar ayer en Madrid. Una reunión que, en la práctica, supone que el nuevo grupo empieza a andar, al menos operativamente. Legalmente, aún le quedan varios pasos, como las juntas de fusión del Santander y el BCH, que se celebran hoy, o los trámites registrales, que culminarán el próximo mes. Botín y Amusátegui, que fue quien inauguró la convención, resaltaron la oportunidad de la fusión, que se produjo quince días después del nacimiento formal del euro. "Se trata de una fusión estratégica, oportuna, ventajosa para todos y bien hecha", dijo Amusátegui.Los copresidentes también destacaron, con especial rotundidad, que la fusión se ha hecho entre iguales y que a lo largo del proceso se ha puesto de manifiesto "la amistad" entre los cuatro máximos ejecutivos del nuevo banco. Además, ambos señalaron que la filosofía del banco se resume en su eslogan, estrenado ayer: "Los primeros. Los mejores".

Hasta ahí, los mensajes institucionales. La exposición de los objetivos concretos a alcanzar corrió a cargo de Ángel Corcóstegui, cuyo trabajo en la fusión fue calurosamente alabado tanto por Botín como por Amusátegui. El vicepresidente primero y consejero delegado del BSCH detalló el Progama UNO, compendio de objetivos para los próximos dos años. Unas ambiciosas metas, entre las que destaca la previsión de aumento de beneficios. El BSCH espera que los beneficios netos se incrementen a un ritmo anual del 25%. Ello supone que este año alcanzarán 1.562,63 millones de euros (260.00 millones de pesetas). Y que el 2000 se cerrará con 1.953,28 millones de euros (325.000 millones de pesetas). Corcóstegui espera que el resultado de explotación del grupo siga una línea ascendente del mismo tenor y que pase de los 2.950,96 millones de euros (491.000 millones de pesetas) del año pasado a 3.630,11 millones de euros (604.000 millones de pesetas) en el 2000.Uno de los objetivos claves del Programa UNO es mejorar el ratio de eficiencia de la entidad, es decir, el cociente entre gastos de personal más gastos generales y el margen ordinario. En la actualidad es del 62% y el propósito del BSCH es situarlo en el 57%.

Objetivos por áreas

El vicepresidente primero espera que la morosidad caiga del 2,2% al 1,9% y que la cobertura crediticia pase del 122% al 130%.Y que todo ello se refleje en un aumento de la rentabilidad sobre recursos propios (ROE) del 16,5% al 19-20%.La apuesta sobre el comportamiento bursátil del BSCH corrió a cargo de Emilio Botín. "El valor actual del BSCH en Bolsa es de 37.000 millones de dólares [5,6 billones de pesetas] y pasará a 45.000 millones de dólares [6,9 billones de pesetas]". Y recordó que desde que se anunció la fusión, el valor del BSCH en Bolsa ha aumentado en 6.000 millones de euros (un billón de pesetas).

Al margen de estos objetivos generales, Corcóstegui dio un repaso área por área, empezando por Banesto. Tanto él como Botín destacaron la labor de Alfredo Sáenz al frente de la entidad y reiteraron que Banesto es una pieza vital en el funcionamiento del BSCH.

El grupo tiene previsto aumentar su presencia tanto en América como en Europa. Para América, división que depende de Francisco Luzón, se ha elaborado un plan de desarrollo especial, con una duración de tres años. En ese periodo, el BSCH quiere constituir una gran corporación compuesta por bancos en los principales países del área que tengan al menos un 10% de sus respectivos mercados. El nuevo banco es el principal grupo financiero en Latinoamérica.

Desarrollar alianzas en Europa es otro de los objetivos prioritarios de la dirección del BSCH.

El banco tiene importantes participaciones en Portugal, Escocia, Alemania, Italia o Francia, con unas plusvalías que superan los 300.00 millones de pesetas. Este área depende de Antonio Escámez, pero será uno de los centros de atención especial de los copresidentes.

En cuanto a las inversiones industriales, Corcóstegui señaló como participaciones estratégicas las telecomunicaciones, la energía, la construcción y el sector inmobiliario. Juan Rodríguez Inciarte será el encargado de desarrollar esta división, que tiene como reto más inmediato clarificar las inversiones en el sector de telecomunicaciones. La cartera industrial del BSCH tiene unas plusvalías latentes de 580.000 millones de pesetas. Las plusvalías latentes del grupo en conjunto superan el billón de pesetas, lo cual le coloca en posición compradora tanto en el área financiera como en la industrial.

No obstante, el control del riesgo es una de las principales preocupaciones de la entidad. Este cometido dependerá de Matías Rodríguez Inciarte.