Un sorteo diario ilegal reparte ya 1.500 millones anuales en premios en toda España

Un nuevo cupón, ajeno a la Lotería Nacional y a la ONCE, recorre España. Es el de la Organización Impulsora del Discapacitado (OID). A pesar de no contar con la autorización pertinente, ha crecido de tal manera que en 1998 repartió 1.500 millones de pesetas en premios. Nueve comunidades han abierto expediente a esa entidad, que afronta al menos 19 denuncias en diferentes juzgados de Madrid. Pero, lejos de acobardarse, la OID, que ya cuenta con 1.600 empleados, está dispuesta a defender sus intereses, por lo que ha recurrido incluso a la Comisión Europea.

Interior sigue de cerca a la OID. Desde el punto de vista administrativo, estima "ilegal" su rifa, pero no ha emprendido acciones por estar la causa en situación de "prejudicialidad". Contra la OID hay al menos 19 denuncias, pero ya ha habido muchos archivos y ninguna condena.Las comunidades han sido, en cambio, más beligerantes. Además de Ceuta, nueve han abierto expedientes sancionadores. La más activa es la de Canarias, ya que es allí donde la OID mantiene un dispositivo mayor. Su Gobierno le ha impuesto tres multas, dos por un total de 16 millones y la otra por 10.

En Canarias ha habido varias denuncias contra la OID, algunas de ex trabajadores suyos. La OID, que se ha querellado contra los demandantes, asegura que se ha tratado de problemas internos propios de una organización que maneja mucho dinero en metálico. También ha actuado contra el presunto ganador de un boleto que denunció no haber cobrado el premio, ya que mantiene que lo falsificó, pero la ausencia de resoluciones judiciales impide despejar la incógnita.

La OID nació en 1993. En 1994 pidió a Hacienda la licencia para su rifa. Se le negó y tiene recurrida esa decisión ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Mientras tanto, sus abogados creen muy discutible que la ley les impida su actividad y ésta no hace más que crecer. Vende 100.000 números cada día -a 100 pesetas el cupón y 2,5 millones el primer premio- y aprovecha el sorteo de la ONCE para determinar el premiado.

Ex vendedor de Prodiecu

Dionisio González, el presidente de la OID, no teme ir a la cárcel como los directivos de Prodiecu, la organización de venta de cupones desarticulada a finales de los años 80. Él mismo, como muchos de quienes trabajan en la OID, fue vendedor en Prodiecu. "La razón nos asiste y vamos a ganar esta batalla", dice González; "nos denegaron el permiso para la rifa en base a una ley franquista de 1964 y el juego está despenalizado en España desde 1977. Queremos ser como la ONCE. ¿Por qué no podemos? ¿Por qué ha de existir el monopolio? Por eso, en defensa de la libre competencia, hemos recurrido a la Comunidad Europea".El responsable de Prodiecu fue a la cárcel por contrabando, falsedad en documento mercantil, alzamiento de bienes y apropiación indebida de unos 5.000 millones. Muchas de las querellas contra González y su organización, algunas de la ONCE, van en el mismo sentido, pero la OID acumula ya 18 sobreseimientos por no hallar la justicia indicios de delito penal.

La OID reconoce haber tenido problemas con el pago a la Seguridad Social de algunos trabajadores, pero asegura que fue la Administración la que, de forma irregular, empezó a darles de baja. Ahora, según González, tiene contratadas a 1.600 personas: "De ser receptoras de pensiones contributivas han pasado a ser contribuyentes".

La OID paga su Impuesto de Actividades Económicas y afirma tener claras sus cuentas, si bien no responde afirmativamente cuando se le pregunta si están auditadas. Asegura reinvertir sus beneficios en los discapacitados, pero sus obras no se ven. "Nunca hemos conocido un local o una actividad que haya realizado para los discapacitados", sostiene un alto cargo de la Junta de Extremadura, con varios expedientes abiertos contra la OID.

"Tenemos un equipo ciclista en Valencia y otro de ping-pong en Sevilla", explica la OID, "además de que facilitamos sillas de ruedas o aparatos ortopédicos". En efecto, la propia revista mensual de la OID da cuenta de su despliegue empresarial con sociedades limitadas llamadas OrtoDisca (de ortopedia), Aserdisca (de asesoramiento jurídico) o Discapublicidad.