Una retirada a tiempo...

The Damned Dave Yanian (voz), Captain Sensible (bajo), Rat Scabies (batería) y Patricia Morrison (guitarra). Auditorum Arena. Valencia, 27 de febrero de 1999.Nadie sería capaz de negarles un hueco en las enciclopedias del rock. Al fin y al cabo, fueron el primer grupo de la cosecha del punk británico de mediados de los 70 que consiguió editar un disco (el single New Rose). Y algunos de sus elepés (su debú Damned Damned Damned o ese gran tributo a la psicodelia titulado Phantasmagoria) figuran por derecho propio en cualquier listado de clásicos del género. Tales hitos y la posibilidad de contemplar sobre el escenario a tres cuartas partes de la formación original (Patricia Morrison, ex componente de The Gun Club y Sisters of Mercy, cubre la baja del guitarrista Brian James) eran, a priori, suficientes motivos para asistir a esta cita con una banda que hace ya mucho tiempo que, a falta de otros méritos (su último álbum, Not of this earth, fue editado hace dos años y pasó prácticamente desapercibido), necesita apelar constantemente a la memoria de los aficionados como reclamo publicitario. De este modo, lograron reunir a un millar de espectadores que, si bien no esperaban grandes hazañas ni sorpresas a estas alturas, jamás hubieran imaginado que un concierto de The Damned pudiera convertirse en una experiencia tan soberanamente aburrida y desmitificadora. El desenfado y humor característicos de la formación se han convertido en algo grotesco, una ridícula parodia sin gracia (ni una sonrisa provocó, por ejemplo, su lectura del Eloise de Barry Ryan) protagonizada por una banda incapaz de defender su excelente repertorio con convicción y, más todavía, de recordar a nadie lo que alguna vez significó el punk. Alguien debería decirles que una retirada a tiempo es una victoria. Aunque quizá ya sea demasiado tarde.