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Lebrija entra en la geografía del cine

Benito Zambrano escribió una historia sobre las mujeres que había conocido. Soñaba con llevarla al cine. Según pasaban los meses, este cineasta nacido en Lebrija hace 33 años se dio cuenta de la dificultad de su objetivo. Los productores querían historias sobre mujeres sofisticadas, cultas y modernas, enredadas en complicados amores y disquisiciones dignas del psicoanalista argentino más afamado. En cambio, Zambrano quería hablar de mujeres que trabajan como asistentas; de mujeres que sacan la familia solas, con un marido que en muchas ocasiones no hace sino estorbar entre efluvios de machismo y vino peleón; de mujeres que llegan del campo a una ciudad cuyos ritos de crueldad y gelidez desconocen... Al final, el director de Lebrija se salió con la suya. Su película, Solas, ha obtenido el Premio del Público y dos menciones especiales en el pasado Festival de Berlín. Zambrano ha querido ser fiel al mundo en que se ha criado, al mismo ámbito del que habla su película. Por ello, el director estrenó ayer Solas en Lebrija. El Teatro Municipal Juan Bernabé de esta localidad sevillana de 24.000 habitantes era ayer por la tarde un hervidero de gente. Familiares, amigos y representantes de las fuerzas vivas de Lebrija abarrotaban este magnífico teatro, que tiene un aforo de 425 butacas. Cualquier sociólogo que quisiera dar fe de cómo ha cambiado España en los últimos 20 años debería darse una vuelta por el teatro. Es más bello, amplio y cómodo que muchos teatros de las grandes capitales españolas. Para poner la guinda al pastel ayer era una jornada especial: el Día de Andalucía. "Me siento tremendamente orgulloso de estrenar la película aquí y en el Día de Andalucía", dijo el director. Zambrano, vestido con una ropa sencilla, estaba conmovido por el hecho de poder ver a tantos familiares y amigos. "Estoy muy contento porque todos mis familiares sólo se pueden reunir cuando hay un funeral. Esto es distinto", indicó. Zambrano se puso en la puerta del teatro como el anfitrión de una fiesta palaciega. No quería que nadie se quedase sin su abrazo. Sus familiares más jóvenes se agarraban a él para darle dos besos. Todos querían estar cerca de un chaval que, apenas rebasada la treintena, ha demostrado que se puede triunfar desde Lebrija en uno de los festivales más prestigiosos del mundo. La llegada de sus padres fue un momento que tuvo la emotividad justa. El cariño es algo que no requiere de público. Las madres del cine de Zambrano son mujeres fuertes, hembras que pueden con todo y le hacen frente al canalla más pintado. La madre saludó a su hijo y siguió hacia la butaca del teatro. No se detuvo a regodearse en las espumas del glamour ni en los focos de los fotógrafos, como hizo luego el equipo de la película, más avezado en estas lides. Tras los familiares del cineasta, llegaron varios de los actores. Entre ellos destacaba, María Galiana, que interpreta a la protagonista. Galiana encarna en Solas a una mujer de campo, empleada de hogar, que durante unos días vive en el piso de su hija, una joven alcohólica, en paro, soltera y embarazada. También estuvieron los actores Carlos Álvarez-Novoa y Antonio Dechent. El productor de la película, Antonio P. Pérez, estaba satisfecho. Veía cómo una compleja singladura iniciada hace meses estaba siendo coronada por el éxito. Sólo falta que el público responda a la incuestionable calidad de Solas. El estreno en España es el 5 de marzo. El productor hacía votos para que las taquillas rubriquen el éxito en Berlín. Solas se lo merece.

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