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Autodidacta busca la gloria

En el agua no valen las banderas. Fuera sí, porque ondean en las ceremonias de vencedores de las competiciones internacionales. Pero en el agua, los nadadores están solos frente al cronómetro. Guillermo Mediano, Jimmy, como le dicen todos en el Club Cerrado de Calderón de Málaga a este malagueño errante de 23 años, lo sabe bien. Este año ha decidido intentar triunfar en solitario en el circuito internacional de la Copa del Mundo, una competición abierta, de carácter semiprofesional, que muy pocos nadadores españoles han probado aún. Los mejores nadadores del mundo llevan años batiendo sus mejores marcas en este circuito, pero la Federación Española de Natación (FEN) hasta ahora sólo ha concurrido esporádicamente. Sin embargo, Mediano, uno de los mejores espaldistas de la historia de la natación española y uno de los mejores clasificados en el ránking mundial actualmente, decidió probar suerte, y no le ha ido mal: lleva dos medallas de plata y una de bronce en su prueba favorita, los 200 metros espalda. La decisión de lanzarse a participar en la Copa del Mundo la tomó al mismo tiempo que la de abandonar el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde llevaba varios años entrenando, para volver a Málaga con su entrenador de siempre, Javier Casademont. "En Madrid tenía dos problemas: uno, económico, porque estudiaba Publicidad en una universidad privada, y no podía pagarlo. Y el otro, personal. Echaba mucho de menos mi ambiente de siempre", dice. Así que un buen día presentó su renuncia a la beca de la FEN que disfrutaba hasta entonces, hizo las maletas y regresó a Málaga, a entrenar en su club y estudiar en la pública. Para un nadador, renunciar a las ayudas oficiales no es ninguna tontería, porque representan su único ingreso. Pero pensó que valía la pena: "Yo siempre he creído que en estos deportes tan duros como la natación, la principal compensación tiene que ser pasarlo bien entrenando, y en Málaga estoy muy bien". A través de su club solicitó las ayudas que la Consejería de Deportes de la Junta ofrece a los deportistas de élite andaluces para su preparación olímpica. Ahora disfruta de una beca de 500.000 pesetas al año, que es menos que nada pero que, lógicamente, no le da para cubrir los gastos que genera participar en la Copa del Mundo. "Eso fue una historia", relata. "El primer viaje, que fue a Río de Janeiro (Brasil), lo pagué yo entero. Después he ido solicitando todas las subvenciones que existen. En el segundo viaje nos ayudó la Delegación de Deportes de la Junta, y seguimos buscando". Viajar solo, sin bandera ni club poderoso capaz de asumir cualquier gasto, tiene sus inconvenientes. Pero Mediano también le encuentra ventajas. "Hasta ahora no he podido ir con mi entrenador, y soy el único participante que no lleva ninguna compañía. Voy a las reuniones de los delegados, pido a los compañeros que me cronometren y hasta ha habido veces en que me han corregido la técnica otros nadadores. Pero también me gusta eso de ir solo, porque comes a la hora que quieres, entrenas cuando te parece y sólo dependes de tí", dice. Mediano sonríe cansadamente cuando se le pregunta si es el sucesor de Martín López Zubero: "él era único y yo no soy el sucesor de nadie. España tiene aún hoy cinco de los mejores espaldistas del mundo, y en cada competición despunta uno. Yo soy un buen nadador que disfruta compitiendo, y las metas me las reservo". El tiempo dirá.

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