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La coreógrafa Marta Carrasco "baila" a Camille Claudel en San Sebastián

La coreógrafa y bailarina Marta Carrasco sabe bordear los límites de los géneros artísticos sin desvirtuarlos, acercar la danza a los incondicionales del teatro y viceversa. Esta fórmula multidisciplinar que le ha abierto el camino del éxito en solitario es la que utiliza en Blanc d"ombra, un trabajo arriesgado que bucea en la vida de la escultora Camille Claudel, a caballo entre estas dos artes escénicas. Carrasco se convertirá hoy en la amante del escultor Auguste Rodin en la casa de cultura de Egia de San Sebastián.

A Marta Carrasco le fascinó la biografía de Camille Claudel y quiso desterrar del olvido los pasajes casi dramáticos, siempre pasionales, de su vida. La historia se prestaba además a los solos que han marcado su trayectoria profesional en los últimos tres años. De ahí nació Blanc d"ombra, un montaje sólido en el que Carrasco ha eliminado las fronteras de las distintas disciplinas del arte. Reconoce ella que viene del baile, que no sabe si lo que presenta ante el público es danza o teatro: los límites aparecen difusos, desdibujados. El espectáculo bucea en la biografía de Camille Claudel, pero no ambiciona "ser una biografía, sino un trabajo hecho de sugerencias", según la coreógrafa. Claudel, hermana del poeta Paul Claudel, fue más conocida por su relación con el artista Auguste Rodin, que por su trabajo como escultora. "Se vampirizaron el uno al otro, se chuparon la sangre y el corazón", afirma Carrasco, que ha devorado los escritos sobre la historia de la escultora, que ha viajado a París y ha buscado la casa en la que vivió para inspirar su espectáculo. La vida de Claudel fue difícil desde su cuna familiar. "Su madre", según la versión de Carrasco, "nunca la quiso". La futura artista nació 16 meses después de que el varón primogénito de la familia muriera con 16 días de vida y sufrió el rechazo desde niña. "Su hermano Paul, enamorado de ella, según percibo, nunca pudo soportar la relación de Camille con Rodin" y firmó el permiso que a los 49 años la condenó al manicomio. "Fue una mujer", precisa Carrasco, "que intentó ser ella por encima de todo, trató de esculpir, pero vivió en la miseria, rodeada de 12 gatos y alimentada por una portera hasta ingresar en el sanatorio" Carrasco ha sabido conjugar las distintas disciplinas para plasmar el carácter de Camille, "altivo, infernalmente risueño e infantil al mismo tiempo". La música, la escenografía sirven a este propósito. La coreógrafa ha creado su propia banda sonora a partir de la mezcla más disparatada, pero coherente a la historia. Baila y actúa al son de composiciones de Alberto Iglesias, Mozart, Jacques Brell o Ravel. "Su vida es tan caótica, que quise reflejarlo en la música", afirma. En medio de las composiciones intercala respiraciones, susurros, reprimendas de su madre en francés, que ha grabado ella misma en el estudio. Pero no hay texto para sustentar la teatralidad de esta danza. Carrasco crea con gestos, con movimientos, sola ante el público. Blanc d"ombra se estrenó en junio de 1998 en el marco del Festival de Sitges. La acogida del público fue calurosa desde el principio: la crítica más especializada también la aplaudió. Carrasco se muestra satisfecha, aunque con peros... "Nunca estoy contenta del todo, soy muy exigente". Ahí está una de las claves de su éxito.

Tres años en solitario

Marta Carrasco comenzó su carrera artística como bailarina a los 18 años. Ha pasado por compañías como las de Angels Margarit, Avelina Argüelles o Ramón Oller. Pero hace ahora tres años y medio se lanzó a la aventura de proseguir en soltiario. "Tienes más libertad, para crear e improvisar sobre el escenario", afirma. Antes que con Blanc d"ombra conoció el éxito personal con Aiguardent y Pesombra, éste último un montaje que realizó en 1996 en colaboración con Magda Puyo. Estos avales del éxito le han ampliado sus horizontes. En los próximos meses paseará su último solo por escenarios de Francia y Alemania.

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