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Entrevista:

"Los franceses nunca están contentos"

Laurent Jalabert, de 30 años, fue uno de los líderes del pelotón durante el último Tour. Jugó a fondo la carta de la dignidad y se retiró frustrado cuando sus compañeros aceptaron seguir corriendo bajo control policial. Aunque ahora, a comienzos de 1999, quiera creer que aquel problema es pasado, la decisión de su equipo, el ONCE-Deutsche Bank, de no acudir a carreras francesas hasta que haya garantías de tranquilidad le privará de lucir su maillot de campeón francés en su país. Pregunta. Aún se viven las secuelas del Tour de 1998. ¿Cómo le afecta a usted?

Respuesta. Esto es un desgaste de energías y te vas comiendo el tarro para nada, porque al final uno no arregla nada.

P. ¿No le perturba todo esto que se dice que el ONCE no se atreve a correr en Francia porque tiene algo que ocultar?

R. Hay que estar tranquilo con uno mismo y a gusto con lo que piensa. Yo no tengo nada que ocultar, de verdad. Si el equipo me lleva a Francia, encantado; y si decide no acudir, tengo que respetarlo también y no se va. Pero, por supuesto, no es porque tenga algo que ocultar. No puedes evitar que la gente hable. Vaya o no vaya la gente va a seguir hablando. Así que lo que uno tiene que hacer es preocuparse de lo suyo y dejar a los demás que hablen.

P. ¿No le da, entonces, rabia no lucir su maillot de campeón de Francia en su país? ¿No se lo han reprochado allí?

R. Los franceses nunca están contentos. Yo voy llevando la bandera por los países extranjeros con la suficiente honradez como para que luego no me echen en cara no ir a correr a Francia. ¿Qué más da? Si en cada ayuntamiento hay una bandera de Francia.

P. Los organizadores de algunas carreras francesas dicen que si no va usted es un fracaso. Algunos amenazan con suspenderlas.

R. Me alegro de que sea así, pero no por ellos, sino para que el ciclismo francés se dé cuenta de que necesita también a los corredores y de que nos tienen que tomar más en consideración si no quieren que se vaya hundiendo todo. No creo, de todas formas, que sea tan exagerado.

P. Pero la prensa se hace eco de un sumario y de un proceso judicial. Y si un médico filtra los resultados de unos análisis tampoco es culpa de la prensa.

R. Ya, pero hay casualidades que no son casualidades. Que la prensa se entere antes que los corredores significa que hay una voluntad de mediatización de lo que está pasando. Y no me va a quitar de la cabeza que a la prensa le está gustando la situación. Nosotros estamos haciendo un esfuerzo por levantar el deporte y no puede ser que ellos por detrás sólo estén pendientes de lo negativo que pueda salir de los controles nuevos para cada vez hundir más el deporte. Y así no se va a arreglar nada.

P. ¿Es tan grave el problema del dopaje como para necesitar este tratamiento de shock?

R. No creo, no. Tal como se está tratando ahora, parece que es un problema sólo del ciclismo, y dudo mucho que sea así. Estoy seguro de que no es así.

P. ¿No se estaba desmandando todo y es mejor partir de cero? R. Este es el punto de vista de los que se ponían hasta el culo de cosas. Pero si tú tienes amor propio te tendrás que cuidar. Yo tengo una familia, dos hijas, ahora voy a tener otro. ¿Qué es lo que más me importa? ¿Ganar 10 carreras más, si llevo ya más de 100? ¿O disfrutar de la vida? Está claro que quiero disfrutar de la vida.

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