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La segunda oportunidad de Dole

La esposa del candidato republicano derrotado por Clinton en 1996, no confirma ni desmiente sus intenciones de aspirar a la candidatura del Partido Republicano a la casa Blanca.

En la noche del lunes, 1.200 personas abarrotaron el salón de actos de la Cámara de Comercio de Manchester (New Hampshire) para cenar con la nueva estrella de la política norteamericana: Elizabeth Dole. La ex presidenta de la Cruz Roja de Estados Unidos, y esposa de Bob, Dole no quiso confirmar ni desmentir sus intenciones de aspirar a la candidatura del Partido Republicano a la Casa Blanca en las elecciones del año 2000. Pero todo lo demás, desde su presencia en New Hampshire, el Estado en el que comienzan las primarias, hasta el tono y contenido de sus palabras, dejaron entender que puede ser la gran novedad de los comicios. Estados Unidos está maduro para aceptar la idea de que una mujer acceda a la Casa Blanca por primera vez en sus más de dos siglos de historia independiente. Según una encuesta de Gallup, el 82% de los ciudadanos se declaran dispuestos a votar a una mujer que esté cualificada para el puesto. Elizabeth Dole, además, no es una desconocida para sus compatriotas. Y no solo por ser la esposa de Bob Dole, que fue jefe de la mayoría republicana en el Senado y fracasó frente a Bill Clinton en las presidenciales de 1996, sino por un montón de méritos propios. Elizabeth Dole, de 62 años, tiene a sus espaldas más de tres décadas de servicio público. Comenzó como funcionaria en el Gobierno del demócrata Lyndon Johnson y ocupó luego puestos ministeriales (secretaria de Trabajo y secretaria de Transporte) en los de los republicanos Ronald Reagan y George Bush. Fue el capital principal de la campaña de su esposo en 1996 y ha sido una universalmente respetada presidenta de la Cruz Roja.

El pasado enero, abandonó el liderazgo de la Cruz Roja, que ejercía desde 1991, en lo que todo el mundo interpretó como un paso para explorar sus posibilidades de convertirse en aspirante a la candidatura presidencial republicana. Esta semana está caminado de modo inequívoco por esa senda: ha viajado a New Hampshire -el Estado donde el próximo enero comenzará oficialmente la carrera hacia la Casa Blanca- y ha empezado a aceptar cheques a nombre de un organismo llamado Comité Exploratorio Elizabeth Dole. Son las iniciativas clásicas de alguien que sueña con ocupar el número 1600 de la avenida de Pennsylvannia, en Washington.

En su discurso de Manchester, Elizabeth Dole se presentó como una discípula de Reagan, una persona de ideas conservadoras pero corazón sensible a los problemas de los más desfavorecidos. Lo resumió con la siguiente imagen: "El conservadurismo de Reagan se vistió con una sonrisa y fue contagioso. Fue optimista, futurista y generoso. Si nos acordamos de Reagan, volveremos a encontrar nuestro camino".

La ex presidenta de la Cruz Roja precisó que si se lanza a la carrera hacia la Casa Blanca será con la intención de "restaurar la integridad del Gobierno". Sin mencionarlo directamente, criticó a Clinton, cuyo comportamiento en el caso Lewinksy ha provocado una profunda división en el país y ha motivado el segundo juicio de un presidente en la historia de EEUU. "En estos tiempos en que la presidencia ha sido mancillada, nuestra confianza en nuestros líderes se debilita", dijo. "Pero podemos reconstruirla". Elizabeth Dole recordó que su esposo ya advirtió en su fracasada campaña de 1996: "La Casa Blanca debería ser un lugar de confianza pública, no de sospecha pública".

Impuestos más bajos, mejores escuelas públicas, fortalecimiento del Ejército, devolución de poderes a las instancias locales y guerra sin cuartel contra las drogas fueron los objetivos adelantados por Elizabeth Dole. "Adoro la libre empresa", dijo, "pero el capitalismo es imperfecto. Los conservadores no debemos dudar a la hora de pronunciarnos contra la búsqueda salvaje del dinero si conduce a la corrupción de nuestra cultura, la polución de las ondas o la contaminación del aire".

Su mensaje sonó muy semejante al del otro posible gran aspirante republicano, George Bush, el gobernador de Texas e hijo del ex presidente, que ha inventado la fórmula "conservadurismo con compasión" para centrar la imagen de un Partido Republicano muy escorado a la derecha y poco sensible a los problemas de las minorías negras e hispana, los inmigrantes y los pobres.

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