"No deseas salir porque no te das cuenta de que estás dentro"
"Estás comenzando una aventura. ¡Que nunca vuelvas a ser el mismo". Así, con una cita enigmática de L. Ronald Hubbard, el padre fundador, se anuncia en Internet la Iglesia de la Cienciología. Lo que para miles de españoles constituye la única forma de alcanzar el cielo, es para otros -un número indeterminado de ex adeptos, muchos de ellos con graves secuelas psicológicas- un "auténtico infierno, del que no deseas salir porque no te das cuenta de que estás dentro". Uno de ellos, feliz de que por fin se haya señalado el juicio contra sus antiguos jefes espirituales, relató ayer su terrible experiencia. "Yo fui captado, estafado y manipulado mentalmente. Las consecuencias fueron muy duras; el fin: quedarse con mi dinero". "Te seducen siempre de la misma forma", añade mientras ruega que se mantenga en secreto su identidad, "excitan tu curiosidad, tus deseos de mejorar la personalidad, te crean problemas ficticios y luego te ofrecen soluciones, también ficticias; lo único que resulta real es el dinero que te van sacando para pagar tu tranquilidad espiritual".
El alucinante relato del ex adepto apenas oculta la amargura por los seis años perdidos: "Te hacen creer que miles de años atrás un dictador llamado Xenu sentó a toda la humanidad sobre un volcán y después hizo estallar una bomba atómica. Las almas de todos ellos se adhirieron a las nuestras como sanguijuelas, y sólo a través de la Cienciología te puedes liberar de las experiencias pasadas. Después de ver de la que te has librado, te sientes fantástico y piensas: ¡hacía miles de años que no me sentía tan bien!".
A pesar de testimonios así, Mark Eeraerts, representante de la Cienciología en España, pone por delante una realidad incuestionable: "Somos una iglesia absolutamente legal". Tiene papeles, licencia fiscal y hasta una página en Internet.
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