El único encarcelado por la muerte de Aitor Zabaleta dice que sólo vio un tumulto en el que no participó

Ricardo Guerra, el único de los imputados en relación con la muerte del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta que permanece en prisión, negó guardar relación con el suceso, ocurrido el pasado 8 de diciembre, y aseguró que vió un tumulto del que él no formó parte. Guerra hizo estas manifestaciones en su declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción número 40 de Madrid, María del Rosario Esteban Meilar, que levantó el secreto del sumario el jueves, después de imputar a una veintena de jóvenes en relación con estos hechos.

Fuentes jurídicas indicaron que la denuncia de que Guerra había sido el autor material del apuñalamiento partió de uno de los imputados que se encontraba con él aquella tarde a la entrada del Vicente Calderón donde se celebraba el encuentro Atlético de Madrid-Real Sociedad.

Sin embargo, Guerra negó tal acusación y señaló que desde donde él estaba pudo ver un tumulto, pero no el apuñalamiento. La fuente indicó que el análisis incorporado a la causa sobre huellas dactilares no ha podido precisar a quién corresponden las halladas en la navaja con la que se cometió el asesinato, encontrada con sangre de Aitor en el exterior del estadio.

De los imputados, entre quienes se encuentra el líder de Bastión -grupúsculo radical del Frente Atlético- al que supuestamente están adscritos los demás, uno cuenta con protección policial, al igual que diversos testigos que tienen la condición de "protegidos". Miembros del Frente Atlético admitieron ante la juez que integrantes de Bastión convinieron en dar un escarmiento a seguidores de la Real Sociedad y con el propósito de vengar las pedradas que recibió el autobús en el que ellos viajaron a San Sebastián durante el partido de ida hicieron una batida por las inmediaciones del Vicente Calderón.