La posible presencia de González condiciona los planes populares para su lista europea

La discusión abierta por José Borrell en el PSOE sobre la candidatura de Felipe González para el Parlamento europeo ha precipitado ese mismo debate en el PP. Algunas frases ambiguas de varios dirigentes populares y ciertos movimientos de José María Aznar conceden consistencia a las especulaciones disparadas en ese partido sobre su cabeza de cartel, una decisión prevista en principio para dentro de un mes. Lo que sí parece claro es que Aznar ya se ha decantado por que su candidato para esas elecciones, que coincidirán en junio con las municipales y autonómicas, sea alguien más conocido que el actual presidente del Parlamento Europeo, José María Gil Robles, único cabeza de lista barajado hasta ahora oficiosamente. Fuentes próximas a la dirección del PP en Bruselas indicaron ayer que Aznar había aprovechado su estancia en la capital belga durante la celebración del XIII Congreso del Partido Popular Europeo para informar a Gil Robles sobre sus planes para Europa. Y fue a raíz de esa conversación cuando Aznar le comentó, eso sí, tras ensalzar su trabajo en los últimos tiempos, que no pensaba en él para ser el cabeza de cartel del PP en esa cita. Gil Robles respondió que entonces prefería regresar a España y no quedarse para completar el resto de la lista, opción que no molesta, por ejemplo, al portavoz europeo del PP, Gerardo Galeote.

Aznar, la semana pasada y antes del congreso del PP español, comentó que aún no había llegado el momento de definir la candidatura europea. El Comité Electoral Nacional, que es el encargado de ratificar esa lista, tiene fijados antes otros objetivos: primero, en los próximos días, todos los alcaldables de las capitales de provincia y luego, para dentro de un mes, perfilar la candidatura para Europa. Esos siguen siendo oficialmente los planes aunque ahora el debate ya está en la opinión pública y a él se han sumado, todavía desde el anonimato, muchos dirigentes de este partido.

El nuevo secretario general, Javier Arenas, indicó el miércoles en San Sebastián que le resultaba "indiferente" el rival que podía elegir el PSOE cuando se le preguntó por la propuesta de González. El portavoz del Ejecutivo, Josep Piqué, eludió ayer responder a esa cuestión para que no se interpretara como una "interferencia".

En el PP, sin embargo, se da por seguro que su cabeza de cartel tiene mucho que ver con cuál sea finalmente el del PSOE, y más si cuaja la oferta a González. El PP busca una candidato o candidata "de peso", es decir, con un alto grado de conocimiento entre los ciudadanos y con dominio de la parcela europea. En ese perfil tampoco tienen muchas posibilidades. Por esa razón surgen los nombres recurrentes de la ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, o de Medio Ambiente, Isabel Tocino. Y hay quien incluye, casi como un juego de provocaciones, el de Francisco Álvarez Cascos, vicepresidente primero, y el de Jaime Mayor Oreja, titular de Interior.

Fuentes de la dirección del PP y del Ejecutivo muy cercanas a Aznar interpretan esos últimos nombres como un "contraataque hacia el PSOE para provocar una guerra de nervios" y el descarte final de González. Pero no se ponen de acuerdo sobre si la figura de González beneficia o perjudica electoralmente al PP.