Cascos se va porque su continuidad "no sería buena para el PP ni para Aznar"

Francisco Álvarez Cascos vivió ayer su último día de gloria como secretario general del PP al anunciar ante los casi 3.000 compromisarios que se va del cargo porque seguir "no sería bueno ni para el Partido Popular ni para Aznar". En un discurso de hora y media que abrió los trabajos del XIII Congreso, Cascos hizo más un recorrido elogioso de la gestión del Gobierno que un balance de la acción del partido. Y aprovechó la ocasión para acusar al PSOE de "saltear el Presupuesto y combatir el crimen con el crimen".

Álvarez Cascos abandona, después de 10 años, la dirección del PP porque considera que su labor está concluida: "Dejar la secretaría general después de cumplir la misión encomendada es lo mismo que está acostumbrado a hacer cualquier ingeniero cuando termina la construcción de la obra que había proyectado". En su intervención, interrumpida varias veces por los aplausos de los compromisarios, Cascos buscó el reconocimiento de José María Aznar, que le dedicó unas cariñosas palabras de despedida y se fundió en un abrazo con el que ha sido su número dos. Álvarez Cascos dedicó buena parte de su discurso del adiós a atacar la gestión del PSOE. "Un Gobierno y una manera de gobernar que, en sus últimos tiempos, estaban orientados a la ocultación y el disimulo de conductas tales como abusar del poder, saltear el presupuesto del Estado o combatir el crimen con el crimen", dijo. Además, a su juicio, el Partido Popular ha logrado en tres años de gobierno con una mayoría relativa "lo que no consiguió en trece años de mayoría absoluta Felipe González". El congreso continuará hoy con la elección de los nuevos dirigentes del partido y con la primera intervención formal de Aznar desde la tribuna de oradores. Al congreso asisten cerca de 3.000 compromisarios.