JOSÉ GUIRADO DIRECTOR CABO DE GATA "No es lógico sacrificar espacios agrícolas de interés ecológico"
Para José Guirado (Almería, 1957) ha supuesto "un orgullo" la concesión del Premio Duna 98 con el que el Grupo Ecologista Mediterráneo ha distinguido su labor como director-conservador del Parque Natural Marítimo-Terrestre de Cabo de Gata Níjar. Pregunta. ¿Qué papel desempeña el movimiento ecologista en Almería? Respuesta. Hay un momento histórico en la conservación de la naturaleza en Almería que arranca a principios de los años ochenta con los movimientos ecologistas, que era lo que había entonces. Y probablemente el esfuerzo de estas asociaciones fue el que llevó a la declaración de Cabo de Gata y de la Sierra de María-Los Vélez como espacios protegidos hace 10 años. Desde entonces, la aportación del movimiento ecologista en Almería no ha parado. Siempre han tenido claro, y eso es muy difícil en medio ambiente, que su objetivo era el apoyo a la conservación. P. ¿Comparte la idea de que existe cierto desconocimiento sobre la variedad medioambiental de Almería? R. No creo que ese fenómeno de desconocimiento se produzca de forma natural. Gracias a los medios de comunicación hemos consolidado unos ambientes naturales frente a otros, como ha ocurrido con Cabo de Gata. El Parque Natural de Sierra María-Los Vélez no es especialmente representativo de la provincia. Esos ambientes boscosos de la Sierra de María existen en otros lugares. Pero sí es especialmente importante porque está dentro de un contexto árido. Antes siempre se protegían los espacios verdes, pero por el desierto se ha pasado de puntillas, incluso se tiene mala conciencia sobre este espacio. Nosotros hemos reivindicado desde los años ochenta los valores de los ambientes de los espacios áridos y marítimos. P. Uno de los problemas de Cabo de Gata es la proliferación de invernaderos. R. La gestión de espacios naturales protegidos se basa en tres claves: ecología, economía y ética. Hay que lograr, aunque es difícil, un diálogo entre estos tres conceptos. En el diagnóstico que se hizo en los ochenta de Cabo de Gata ya se identificaron perfectamente cuáles serían los problemas de la zona. Es cierto que el problema de los invernaderos dentro del parque es muy importante. Pero fuera del ámbito protegido de Cabo de Gata, y en toda la provincia almeriense, hay todavía muchas hectáreas de antiguos cultivos que están aún sin desarrollar. Desde el punto de vista ambiental no parece lógico sacrificar los espacios agrícolas de interés ecológico o forestal para convertirlos en invernaderos. P. La presión turistica, ¿afecta? R. Sí y no. Cuando las cosas se conocen surge la amenaza de que se degraden debido a la cantidad de visitantes que reciben. Pero estos espacios también pueden correr el riesgo de quedar abandonados si permanecen en el anonimato. Será la sensibilidad de la gente la que permita su conservación.
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