_
_
_
_
_

Olano "versus" Cipollini

Mikel Ormazabal

A Abraham Olano las apariciones públicas le producen alergia. Es un militante fracasado del anonimato por culpa de su notoriedad deportiva y los triunfos ciclistas que ha cosechado desde 1994: dos campeonatos del Mundo, una Vuelta a España y otras etapas y carreras de menor cualificación internacional. Abraham Olano hubiera preferido mecer la cuna de su vástago Xabier, de cinco meses, pero la afición le reclama. A punto de engrasar su organismo para debutar con el equipo ONCE durante la próxima temporada, con algunos kilómetros de carretera al descubierto todavía, el ciclista guipuzcoano recibirá el día 6 de febrero un homenaje activo. No se trata de la recogida de un trofeo y un ramo de flores, tan común en estos casos; es más bien un entrenamiento esforzado y arriesgado, una vuelta a sus orígenes. Abraham Olano será el señuelo de la vigésimoprimera edición de las Seis Horas de Euskadi, la gran cita mundial del ciclismo en pista que promueve Organizaciones Deportivas y El Diario Vasco. Olano contra Cipollini, ésa es la cuestión. Se van a enfrentar dos caracteres subidos a la bicicleta: la discreción por una parte y la vanidad por el otro. Es un duelo ciclista picante a la par que original, tanto por el apellido de los contendientes como por el interés que despiertan dos conceptos ciclistas opuestos y brillantes al mismo tiempo. El anillo del velódromo de Anoeta será el escenario del desafío ciclista, que viene presentado en tres dosis: una prueba de velocidad pura, un sprint de 200 metros con salida lanzada y una persecución sobre diez vueltas. Así se comprobará la pericia del campeón vasco sobre el peralte de un velódromo que conoce como la palma de su mano. Cuando portaba un maillot a salvo de publicidad, el que le proporcionó la escuela ciclista de Oria, se hartó de girar sobre el mismo eje para perfilar sus músculos y su personalidad sobre el manillar. Ahora, con 45 pulsaciones en reposo, un currículo apreciable y tantos kilómetros a su espalda como coscorrones en su cuerpo, Olano es casi leyenda que no reniega de su pasado. Por eso ha aceptado, entre complacido y rebelde, el reto que le han preparado. Il Bello Cipollini, con 119 victorias en su haber, ya es en sí mismo un espectáculo, que es de lo que se trata en la Seis Horas de Euskadi. "Chiao" Bugno Otro plato fuerte de esta reunión ciclista será la despedida-homenaje de otro mito del ciclismo moderno, el italiano Gianni Bugno, que dijo adiós a su trayectoria profesional en la última edición de la Semana Catalana. La organización le emparejará con su compatriota Claudio Chiapucci, algo así como un factótum en todas estas citas que combinan la fiesta con el deporte. Las seis horas de ciclismo se completará, salpicadas adecuadamente, con actuaciones musicales y deportes autóctonos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_