"Madrid trata el flamenco como un arte y lo mete en el teatro"

Un cóctel transgresor de flamenco, jazz, ritmos discotequeros y hasta artes marciales, ha elevado a Ángel Rojas y Carlos Rodríguez a los altares norteamericanos del baile. Entre Móstoles (su primera escuela) y Nueva York han dejado una estela de acompañamientos ilustres (José Antonio, Víctor Ullate, Antonio Canales), espectáculos propios y la osadía a raudales que han demostrado ejerciendo de empresarios a los 24 años. Con los 9 bailarines de su compañía, Nuevo Ballet Español, Ángel y Carlos emprenden ahora una gira por España para presentar Flamenco Directo, su último montaje, con el que han cosechado gran éxito en Madrid.Pregunta. ¿Por qué los artistas se empeñan en revolucionar el flamenco?

Respuesta. (Carlos) Más que revolucionarlo, pretendemos que evolucione porque se quedó estancado en los años 50, cuando era sinónimo de fiesta o de farándula. Nosotros investigamos e intentamos llevarlo más allá enriqueciéndolo con elementos diferentes. Todo con nuestro lenguaje.

P. ¿En qué espejo se miran?

R. (Ángel) A estas alturas en ninguno; está todo envilecido y son nuestros propios bailarines quienes nos inspiran. Cuando queremos aportar cosas nuevas al espectáculo viajamos a Nueva York a empaparnos de novedades. También nos quedamos con los aciertos de espectáculos anteriores de nuestra compañía.

P. ¿Para quién bailan?

R. (Carlos) Fundamentalmente para gente joven. A nuestros primeros montajes acudían los adultos, pero algunos no sintonizaban con el tono algo transgresor del espectáculo (los chicos llevaban falda y el pelo morado) que, sin embargo, sí enganchaba a los más jóvenes. Así que fueron desapareciendo de las butacas los mayores y se quedaron sus hijos.

P. Después de actuar en Nueva York, ¿qué lugar ocupa Madrid? R. (Ángel) Allí se cuece todo, no sólo en cuanto a danza sino en las calles o en los musicales que tanto escasean aquí. De todos modos, Madrid sigue siendo para nosotros muy importante porque trata al flamenco como un arte metiéndolo en los teatros.