Fiesta para Iván Campo y Morientes
El delantero marca dos goles 273 días después de lograr su último tanto y el defensa se estrena
Llevaba 273 días sin marcar y sólo tres minutos después de entrar en el terreno de juego acabó con lo que él empezaba a pensar que era un maleficio. El reloj marcaba el minuto 76 de partido. Liberado de la presión que le ha atenazado durante todos estos meses, Fernando Morientes tuvo aún tiempo de anotar el segundo. "Me volví como loco. Sé que me puse a gritar sin parar. Fue como si algo dentro de mi estallara. Pero no me acuerdo de lo que dije".Morientes dedicó el primer gol a su compañero Rojas, que en el vesturio le aventuró: "Moro, hoy marcas". El delantero agradeció las palabras de ánimo pero no se las terminó de creer. De entrada, pensó, estaría en el banquillo y si salía tendría poco tiempo para actuar.
Pedja Mijatovic le dio el testigo en la banda. "Estaba llegando al vestuario", recuerda "cuando oí los gritos de la gente. Luego, cuando supe que Morientes había marcado me alegré mucho. Lo ha pasado muy mal. Yo sé mejor que nadie lo importante que son los goles para nosotros los delanteros".
En la jornada 34 de Liga del año pasado, el día que el Madrid jugó contra el Oviedo (5-1), Morientes anotó su último gol, ese día también marcó dos. El delantero cree que en su vida deportiva todo es algo excesivo. El año pasado todo lo que sucedía alrededor de él era bueno. Debutó con el Madrid en Copa de Europa y marcó. Debutó con la selección de Clemente y también marcó. "Como siga esta racha voy a tener que jugar a la lotería", decía sorprendido en medio de tantas buenas noticias. Pero algo debía de sospechar Morientes de lo que le esperaba porque a veces también comentaba: "¿No será malo que me pasen tantas cosas buenas?".
Este tiempo de sombras ha cambiado a Morientes. "Lo he pasado muy mal estos meses pero he aprendido que en esto del fútbol hoy estas arriba y mañana nadie se acuerda de ti. Por eso sé que aunque hoy he marcado dos goles y la gente hablará de mí todo esto no vale de nada, que tendré que seguir trabajando. No me sorprendería si el domingo me quedo con el banquillo".
Guus Hiddink también festejó la rehabilitación del delantero. "Es importante para él y para nosotros". Durante estos meses el entrenador del Madrid vio con preocupación cómo la obsesión por el gol crecía en Morientes. "Míster veo la portería cada vez más pequeña". Hiddink trabajó con él en los entrenamientos y le dio 689 minutos en 13 partidos, todos en el tiempo de la basura. Hace días anunció que iba a ser padre: "Dicen que los niños dan suerte".
Morientes también obró un efecto terapéutico en Iván Campo. El defensa marcó el tercer gol ante el asombro de la grada y el suyo propio.
Iván acudió el jueves al programa de la Cadena SER El Larguero para hablar del derby. Su director, José Ramón de la Morena, le preguntó: "¿Te imaginas marcando en el partido?". La respuesta fue primero una sonora carcajada y luego: "¿Marcar yo...?
Iván Campo fue objeto de las iras del Bernabéu en los primeros partidos de la temporada. Algunas desafortunadas actuaciones hicieron sospechar a la grada de que él podía ser el heredero de una de las leyendas que maneja la hincha madridista y que tiene que ver con la llamada maldición de los centrales. Por eso cuando Iván Campo inició una carrera desde el centro del campo para intentar rematar una jugada de Morientes, nadie podía sospechar lo que finalmente ocurrió. La cara de incredulidad del jugador también reveló que él tampoco se lo terminaba de creer. Raúl, entonces, se fue hacia él y le confirmó que suyo era el tercer gol del Madrid.
La jornada de rehabilitación también alcanzó a Mijatovic, que marcó después de cuatro jornadas de ausencia por lesión, y a Suker, que se marchó del Bernabéu en medio de una gran ovación. Aunque ayer en la grada de quien se hablaba era de Guti para quien su técnico tuvo las mejores palabras: "Ha aprendido mucho en las últimas semanas. Ahora creo que está preparado para jugar a un primer nivel. Hace tiempo le dije que ese talento innato que tiene no le valía de nada si no trabajaba otros aspectos del juego. Estoy orgulloso de él".
La fiesta del vestuario del Madrid también dejó unos minutos para la autocrítica. Suker habló de ello: "Cuando tenemos enfrente un equipo fuerte o un rival especial la actitud de todos cambia. Si pensamos que el partido no nos creará problemas al final siempre nos sorprenden. Hoy hemos jugado muy concentrados. Debemos de pensar en esto".
"El equipo ha tenido la agresividad y la chispa que pedí. Incluso la primera parte fue tácticamente muy buena", explicó Hiddink. "Pero también hay que reconocer que tras la marcha de Hierro pasamos unos minutos de apuro porque nos costó posicionarnos en defensa. Espero que los jugadores mantengan esta tensión en los próximos partidos".
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