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Bond contra Bond

Dos grandes estudios de cine se disputan los derechos del rentable agente 007

En medio de una interminable disputa legal por los derechos de James Bond, la Metro-Goldwyn-Mayer empezará el próximo lunes a rodar en Londres la decimonovena película del agente 007. Un juez de Los Ángeles volvió a dictaminar el pasado jueves que el estudio de la competencia, Sony Pictures, no puede llevar adelante su anunciado plan de rodar una serie paralela de James Bond por lo menos hasta que los derechos se establezcan claramente en un juicio. Mientras, Michael Apted, director de The world is not enough, el Bond oficial, buscó localizaciones el pasado 22 de diciembre en el Guggenheim de Bilbao, cuyo exterior podría ser uno de los escenarios del filme.The world is never enough (El mundo no es suficiente) estará protagonizada, una vez más, por Pierce Brosnan. Robert Carlyle (The full Monty) será el villano Renard, que, dado que tiene una bala alojada en el cerebro, es incapaz de sentir dolor. Se sabe que la acción transcurre en Turquía y en los Alpes, aparte de España, y que culmina con cierto mensaje milenarista, localizado en el Millennium Dome, una enorme estructura futurista que se construye en Greenwich (Reino Unido). En esta ocasión las reservas de petróleo del mundo están en peligro y sólo el agente 007 puede salvar a la humanidad. La serie alternativa de Bond, prometida por Sony Pictures, cada vez tiene menos posibilidades de materializarse, aunque se espera un juicio inminente, probablemente en febrero, para dirimir la cuestión de los derechos de propiedad sobre el personaje creado por Ian Fleming. La coincidencia de dos Bond con estudios y actores distintos ya ocurrió en 1983, cuando la Warner Brothers estrenó Nunca digas nunca jamás, con Sean Connery, buscándole las cosquillas a la Metro, que presentaba justo por aquel entonces a Roger Moore en Octopussy.

La actual disputa constituye la mayor guerra de dos estudios por defender el serial cinematográfico más largo y rentable de la historia (unos 2.500 millones de euros -400.000 millones de pesetas- acumulados, según algunos cálculos). La Metro está actualmente en crisis y sobrevive en gran medida gracias a esa franquicia, comprada al escritor Ian Fleming a través del productor Albert Broccoli en 1962. En 1997, el estudio Sony Pictures hizo público que estaba dispuesto a desarrollar una serie paralela de títulos de James Bond, a través de un productor que en su día tuvo tratos con Ian Fleming. Se trata de Kevin McClory, personaje que, de hecho, ayudó a Fleming a desarrollar el guión de Thunderball antes de que se rodara la primera película de la serie (Dr. No). Cuando la Metro quiso rodar Thunderball en 1965 tuvo que contar con McClory, que poseía los derechos del guión y de algunos elementos de la saga, como, por ejemplo, la organización maléfica Spectra.

McClory volvió a apuntarse un tanto en 1983, cuando convenció a Sean Connery de retomar el personaje de 007 en Nunca digas nunca jamás, que es de hecho una versión de Thunderball. Y ahora que la Metro ha hecho de James Bond una franquicia de espectacular rentabilidad (tras la mediocre etapa de Timothy Dalton) ha sido cuando Sony y McClory anuncian sus grandes planes. Ya el pasado verano, un juez de Los Ángeles prohibió a Sony desarrollar película alguna de James Bond hasta que la propiedad de los derechos quede claramente establecida en un juicio. Sony vino a decir que ellos tenían por lo menos el derecho de rehacer una y otra vez Thunderball. McClory, además, asegura que tiene unas 10 versiones diferentes de ese guión. Tras una serie de aplazamientos, en los que McClory llegó a alegar que le estaban amenazando de muerte por Internet, el juicio parece estar ahora a punto de empezar.

En el intermedio, la polémica ha dado lugar a multitud de rumores. En primer lugar, que si Connery se atrevería a ponerse otra vez en la piel de James Bond, a sus 68 años, o que si aceptaría un posible papel de villano en la película de Sony, que podría titularse Warhead 2000. La segunda posibilidad, difundida hace unos días por The Sunday Times de Londres, es que Liam Neeson encarnaría al agente 007 en esa versión. Ninguna de las partes implicadas ha confirmado o negado los rumores de esta fabulosa intriga, en la que también puede haber elementos de espionaje: el presidente de Sony, John Calley, había sido antes presidente de MGM, y ahora su antigua empresa le ha calificado como un "ex empleado rencoroso".

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