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El Madrid no cierra sus heridas

El colosal partido de Tanoka fue insuficiente para evitar la victoria del Ulker

El Madrid comenzó la segunda fase de la Euroliga como terminó la primera: fracasando. Logró remontar hasta quince de los dieciséis puntos que le sacaba de ventaja el Ulker al inicio de la segunda parte (56-40). Pero se quedó a medias. Rozó la proeza y el lanzamiento de Angulo a falta de dos segundos pudo haberle llevado hasta la prórroga. Pero el aro escupió el tiro y el Madrid se quedó sin una victoria que jamás mereció.La estadística aseguraba que el Ulker de Estambul era un equipo que sabía moverse de vicio en partidos de guarismos bajos. Su promedio de puntos apenas superaba los 67. Pero no conocía al Madrid. El cuadro de Luyk es capaz de pasar de la perfección defensiva al más puro disparate. El de ayer, por ejemplo.

Abrió el cuadro blanco el grifo de los regalos en defensa y el Ulker se sintió un gigante. Struelens estuvo, pero como si no, y Bobby Martin anduvo tan espeso como de costumbre. Así las cosas, Rankin, un jugador del montón, se marcó el partido de su vida.

El Madrid llegó a adquirir alguna tímida ventaja (26-29, m.13) casi sin querer. Desactivado Anderson por Santos, todo quedó en manos de los hombres altos del Ulker, convertidos, por un día, en capitanes generales. Ellos redujeron la desventaja y llevaron a su equipo al descanso acunado en una cómoda diferencia (44-36).

No cambiaron las cosas después. Tanoka engrandecía con la misma rapidez con la que sus compañeros menguaban. Beard se vio solo contra el mundo. Y ganó. Lo hizo firmando una tarjeta demoledora (23 puntos y 17 rebotes). Clifford Luyk optó por medidas de choque. Puso en práctica su ya famosa defensa presionante y dejó fuera de la batalla a Herreros y Angulo, fortaleciendo la defensa. Apostó por Iker Iturbe y el órdago a punto estuvo de salirle bien. Porque el Madrid se dejó de despropósitos defensivos y logró afinar en ataque. Y mientras Endergay lanzaba, y fallaba, todos los triples habidos y por haber, Iturbe conseguía un par de ellos y, con la ayuda de Lasa, devolvía al Madrid a la vida. Se redujo drásticamente la desventaja y el conjunto blanco se vio a un punto (82-81) a falta de 51 segundos. Pero Tanoka, en su único error, encestó bajo la canasta, cuando debió sacar la pelota en busca de un triple, y el Madrid encadenó su cuarta derrota consecutiva demostrando, además, que comienza a acumular demasiadas heridas en su juego.

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