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La izquierda regional y los pilotos deploran que un error en un parte meteorológico colapse Barajas

Cuando hay niebla, porque la hay. Y cuando no, por si la hubiera. Un simple parte meteorológico erróneo fue suficiente para que el aeropuerto madrileño de Barajas viviera el lunes una nueva jornada de retrasos generalizados. El 63% de los vuelos previstos despegó con demora (33 minutos de media) a raíz de que el equipo de meteorólogos del aeródromo predijera una mañana de nieblas y brumas, lo que no llegó a producirse. PSOE, Izquierda Unida y el Sindicato de Pilotos (Sepla) criticaron ayer esta circunstancia como "la gota que colma el vaso del desastre", en palabras de Fernando Marín (IU). Desde el PP, en cambio, se calificó la reacción del aeropuerto de "lógica y prudente".

El portavoz en materia de infraestructuras de los socialistas madrileños, Fernando Abad, apuntó que el caos del lunes era consecuencia directa de que el aeródromo se encuentre "en el límite de los límites". Y aportó la siguiente comparación: "Si una autovía va congestionada, cualquier avería en el motor de un solo coche provocará un colapso colosal. Eso es lo que le sucede a Barajas. El lunes fueron los meteorólogos: si mañana se estropean los cochecitos, pasará otro tanto de lo mismo". Así las cosas, el parlamentario socialista insistió ayer en reclamar al Gobierno la construcción de un segundo aeropuerto en Madrid como "única solución" para resolver las limitaciones de las actuales instalaciones. La Comunidad de Madrid mantiene a tal efecto una reserva de suelo en Campo Real (33 kilómetros al este de la capital), pero siempre se ha referido a esta posibilidad como un proyecto a largo plazo. Y las propias compañías aéreas mantienen sus reservas: un viajero procedente de Münich que haga escala en Madrid para tomar un avión a Buenos Aires, ponen como ejemplo las compañías, no verá con muy buenos ojos eso de aterrizar en Barajas y despegar desde otro punto a más de 30 kilómetros de distancia.

"Las reticencias de las compañías se acabarán en el momento en que comprueben que la gente se cansa del avión y se busca la vida con el coche o el tren", rebatió ayer el socialista Abad. Y esbozó el siguiente contraejemplo: gracias a los perennes retrasos de Barajas, un madrileño que quiera desplazarse a Valencia abominará el avión y terminará decantándose por la autovía o, en el futuro, por el AVE.

Por su parte, el coordinador del grupo parlamentario de Izquierda Unida, Fernando Marín, se confesó "perplejo" de que un pronóstico desatinado de los meteorólogos tenga "consecuencias tan caóticas" para el principal aeródromo español. "Si ésta es la forma que tiene el Ministerio de Fomento y el PP de animar la actividad turística en estas fechas tan señaladas, que venga Dios y que lo vea", anotó.

"Existen teléfonos"

El Sindicato de Pilotos (Sepla) se quejó de carecer de información oficial sobre lo sucedido el lunes. Sin embargo, un portavoz se mostró convencido de que el error en la previsión meteorológica no era la única causa de la cascada de retrasos que se vivió anteayer en Barajas.

"De la misma forma que decimos que un accidente no se debe nunca a un único motivo, se nos antoja incomprensible que un fallo en el pronóstico del tiempo pudiera originar un caos tan generalizado", señaló esta fuente. E ironizó: "En estos tiempos en los que existen teléfonos no puede ser que Bruselas [que coordina los vuelos de los aeropuertos] tarde tres horas en convencerse de que no hay niebla ni bruma".

En cambio, el consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Luis Eduardo Cortés, se mostró comprensivo con lo sucedido en Barajas durante toda la jornada de la polémica. A su juicio, la responsabilidad de los retrasos no se le puede atribuir a la dirección del aeropuerto, sino a los servicios meteorológicos, "que ofrecieron un parte erróneo porque todo el mundo se puede equivocar en alguna ocasión". Cortés subrayó que no pretendía "echar ningún capote" a los altos cargos del aeródromo madrileño, pero señaló: "Un responsable no puede desoír las consideraciones de un meteorólogo. Lo lógico es que actúe partiendo de la base de que esas previsiones se van a cumplir". Por ello, el consejero regional se mostró partidario de que la línea de actuación en Barajas siga siendo la misma. "Es evidente que los retrasos son pesados y molestísimos, pero, a la larga, esta forma prudente de actuación evitará accidentes", pronosticó.

En cuanto al segundo aeropuerto, Cortés siempre ha apostado por "ampliar todo lo posible" las actuales instalaciones antes de afrontar la construcción de otro aeródromo.

En contraste con lo ocurrido el primer día de la semana, Barajas vivió ayer un día de "relativa tranquilidad". El índice de puntualidad era del 68% al mediodía, porcentaje que se elevó al 71% a las 17.30.

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