_
_
_
_
_
LA CAÍDA DEL PRINCIPAL BASTIÓN 'OKUPA'

Un desalojo, una "okupación"

La okupación de El Laboratorio nació de un desalojo, el del centro social de La Guindalera, con 158 detenidos, en marzo de 1997. Era el colofón de seis meses en los que también fueron expulsados de Lavapiés y Estrecho otros grupos de okupas. Cumpliendo fielmente el lema un desalojo, otra okupación, un centenar de jóvenes tomó, el 19 de abril de 1997, el abandonado Instituto Nacional de Investigación Agraria, un edificio del Estado.Pocos días después, el Ayuntamiento avisó de que sus planes para ese edificio pasaban por su derribo. Ese verano, la asociación Atila, de vecinos y comerciantes de Lavapiés, exigió el desalojo de los okupas por ruidosos. A la vez, un grupo de 600 personas, entre ellas los diputados regionales de IU Mariano Gamo, Carlos Paíno, Luis Miguel Sánchez Seseña y Juan Ramón Sanz, así como artistas e intelectuales como Alfonso Sastre, Javier Sádaba, Montxo Armendáriz, Pilar Bardem y Vicente Molina Foix, se autoinculparon, declarándose okupas. Con ello intentaban frenar el proceso del desalojo por vía administrativa que el Ministerio de Economía y Hacienda había iniciado.

Más información
La piqueta abre paso al primer parque de Lavapiés
Un experimento de 20 meses

En diciembre de 1997, el edil de Urbanismo, Ignacio del Río,aseguró que en un año se derribaría El Laboratorio. Dos meses después, los okupas reclamaron diálogo al Ayuntamiento para evitar que el asunto se resolviera mediante la piqueta. El Defensor del Pueblo se ofreció a mediar y en febrero de 1998 llegó a celebrarse una reunión entre el edil de Urbanismo, concejales de IU y los okupas.

El compromiso municipal fue estudiar todas las ideas que le presentasen los jóvenes, aunque nunca se abandonó la idea municipal de tirar El Laboratorio y abrir un parque. Mientras, los okupas se habían vinculado a la red de asociaciones de Lavapiés formada por inmigrantes, vecinos y grupos de apoyo social.

En julio, la Audiencia Provincial desestimó el recurso presentado por los abogados de los okupas para evitar el desalojo. Desde entonces, la expulsión se podía ejecutar en cualquier momento. El día elegido fue ayer.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_