Kiko Veneno ofrece dos conciertos en Valencia

Veinte años de carrera son muchos como para resumirlos en un álbum. Por eso, antes que publicar una antología, Kiko Veneno ha preferido reunirse con algunos de sus mejores amigos y, con la banda más compacta que ha tenido a lo largo de estas dos décadas, hacer un disco nuevo en el que recupera 14 de sus mejores canciones con sonido claramente actual. El resultado es Puro Veneno, álbum que este catalán de origen, pero criado en Andalucía, presenta esta noche en Valencia en la Sala Quatre. En Puro Veneno se detacan las esencias de un artista que, desde que a final de los setenta se reuniera con Raimundo Amador para escribir una de las páginas históricas de la fusión entre el flamenco y el rock, las ha pasado de todos los colores hasta dibujar uno de los intérpretes y compositores más sólidos del pop netamente español. Aquel álbum, titulado Veneno sin más, tardó cuatro años en ser valorado en su justa medida. La década de los ochenta fue, por lo demás, de puro tanteo para Kiko Veneno, con una producción que, a pesar de algunas buenas composiciones, no acabó de cuajar. Él mismo reconoce que el papel de Santiago Auserón en su definitivo resurgimiento, que tuvo lugar en 1992 con Échate un cantecito, un trabajo lleno de canciones memorables y definido por un estilo que no ha hecho más que madurar hasta el momento actual, con álbumes como Está muy bien esto del cariño o Punta Paloma. De ahí que la síntesis que ahora ofrece de sí mismo venga etiquetada como "puro Veneno".