Al Tenerife le faltó el gol
El Racing sólo resucitó en las postrimerías del partido
El Tenerife jugó decididamente al ataque: no había otra consigna que ganar. Sin embargo, pudo perder el partido, después de errar infinidad de ocasiones de gol, si el meta Unzúe no detiene dos disparos consecutivos de Tais y Bestchasnykh tras dos internadas espectaculares de Munitis por la banda izquierda. Robaina fue el jugador que estuvo más cerca del gol. Estrelló el balón en la madera, en pleno desconcierto del Racing, en el inicio del partido. Y el mismo jugador lanzó el disparo de mayor peligro en la segunda parte. Precisamente, para paliar la falta de pegada de sus hombres, Lillo dio entrada al delantero Kodro, que no remedió la ineficacia goleadora de los tinerfeños.Tanto Lillo como Yosu hicieron diversos retoques en el dibujo inicial. La variación más llamativa y sorprendente en el cuadro cántabro fue la sustitución del pichichi Víctor por Bestchasnykh. Además, cambió a Ismael, un jugador anímicamente destrozado, por Geli. No fueron vanos estas modificaciones, porque el Racing, roto y amnésico en la primera mitad, dio paso a un equipo mejor plantado en el campo y capaz de hilvanar jugadas con cierto criterio. Un equipo que en la primera mitad no había dado una puntada a derechas, logró equilibrar la contienda y no permitió que el Tenerife campara por sus respetos en el Sardinero.
RACING 0
TENERIFE 0Racing: Ceballos; Tais, Mellberg, Txema, Arzeno, Sietes; Vivar Dorado, Ismael (Geli, m. 45), Shustikov (Mora, m. 71); Víctor (Bestchasnykh, m. 45) y Munitis. Tenerife: Unzúe; Jonay, Vierklau (Mata, m. 74), Alexis, Slovak; Dani, Jokanovic, Robaina (Kodro, m. 65), Emerson; Juanele y Makaay (Felipe, m. 81). Árbitro: Mejuto González. Amonestó a Arzeno, Emerson, Jokanovic, Dani y Juanele. Unos 13.000 espectadores en el campo de El Sardinero.
A falta de juego de calidad, los amantes del fútbol fuerza disfrutaron de lo lindo con las acciones de Emerson, un poderoso gladiador que se adueñó del centro del campo y salió victorioso de todas las disputas del balón con el adversario. Emerson, un coloso del fútbol físico, hizo una demostración de fuerza y poderío.
A pesar del mejor juego del Tenerife, el Racing resucitó en las postrimerías del encuentro gracias al genio individual de Munitis. De sus piernas, imposibles de parar por la zaga adversaria, salieron dos jugadas con sello de gol, que fueron neutralizadas por el instinto del meta vasco Unzúe, convertido y al fin y a la postre en el salvador de su equipo.
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