Guerra asegura que Aznar "se ha casi dilapidado" los logros de la Constitución desde que llegó al poder
El dirigente socialista Alfonso Guerra, muñidor junto con el ucedista Fernando Abril Martorell del consenso político sobre la Constitución de 1978, aseguró ayer que el líder de la derecha española, José María Aznar, "se ha casi dilapidado" los logros recogidos en la Carta Magna desde que el Partido Popular llegó al poder. El ex vicesecretario general del PSOE pronunció una conferencia en Sevilla, organizada por la Fundación el Monte, en la que mezcló ingredientes históricos, políticos, académicos y una pizca de anecdotario para acaparar la atención durante una hora de cerca de 300 personas. Guerra afirmó que la ley de leyes supuso la superación de cuatro "problemas terribles": la renuncia por parte de los que perdieron la guerra civil a la persecución de los adversarios; el reconocimiento de un Estado plurinacional en un país muy centralista; el debate entre monarquía y república; y la conversión de un Estado confesional a uno laico. "Todos esos logros han sido mal removidos" por Aznar cuando en 1995 propuso realizar una segunda transición, afirmó Guerra, quien aseguró que "si los perdedores de la guerra renunciaron exigir responsabilidad, ahora la derecha vuelve a la persecución" de los gobernantes que le precedieron; se ha puesto en cuestión el modelo territorial del Estado y la monarquía; y los curas convocan desde los púlpitos a los feligreses "para gritar asesinos" a los diputados por la ley del aborto. "Todo se lo ha casi dilapidado el líder de la derecha y estamos ante una nueva encrucijada". En tono enignático, aseguró que las "élites políticas estimulan los problemas porque quiere asegurar sus puestos de responsabilidad". Reforma En este contexto, Guerra precisó que la Constitución española es "reformable", pero antes es necesario dilucidar si es "conveniente"y "oportuno" el cambio, "y sobre todo", apostilló, "decir qué se quiere reformar". A lo que se opuso es una "relectura" de la Constitución, como proponen los nacionalistas, quienes, a su juicio, pretenden al "releer" el texto constitucional "sacar ventajas coyunturales con la amenaza, de que, de lo contrario, vamos a reformarla". "Pues vayamos a la reforma", concluyó Guerra. En cualquier caso, advirtió que la modificación "exige el mismo acuerdo o uno más amplio" que el que hubo para aprobar el texto vigente. El líder socialista reivindicó su derecho a discrepar de las tesis nacionalistas y criticó la falta de argumentos de éstos cuando se enfrentan a otras opiniones. "La crítica que oigo es: "usted no es de aquí"", comentó. "Los nacionalistas admiten muy mal las críticas y los que lo critican teme que un rayo los destruya", afirmó Alfonso Guerra, quien criticó el "síndrome de Estocolmo" que sufren políticos, periodistas e intelectuales: "Se sitúan de rodillas para hablar de nacionalismo".
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