La misa del Padre Lino no fue suficiente
Como es costumbre en Brasil, el Vasco movilizó todos los dioses a disposición para conseguir la victoria. Los hinchas confiaban mucho en una misa que había celebrado el sacerdote hincha del Vasco, Padre Lino, durante la cual, sin el menor escrúpulo, hizo una oración a Dios pidiendo abiertamente la victoria para el equipo de su alma. Y para que fuera más claro, durante la misa se puso una estola bordada con la cruz de Malta, que es el símbolo del Vasco. Hizo también una súplica al Altísimo -siempre durante la misa- pidiendo que pudiera jugar Mauro Galvao. "Necesitamos, Señor, la curación de Galvao, para poder detener a todos los delanteros adversarios, que son muy poderosos", rezó. A pesar de la derrota, la ciudad se convirtió en una explosión de fuegos artificiales. Interpelados los cariocas por este periodista, respondían: "No importa. No podemos perder la alegría, puede servir ya para adelantar el año nuevo".
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