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El CDS intenta sortear el pago de una deuda de 2.500 millones de pesetas

El CDS (Centro Democrático y Social) celebra este fin de semana en Madrid un congreso en el que debe reformar sus estatutos para fundirse con el partido Unión Centrista, en lo que pasará a definirse como UC-CDS, que tendrá personalidad jurídica propia. El objetivo es claro. El CDS no puede presentarse como tal electoralmente, ya que acumula una deuda de 2.500 millones de pesetas. Pero sin el reclamo de la siglas del partido que fundó Adolfo Súarez, sus aspirantes a herederos políticos, que no económicos, saben que pocos réditos electorales pueden obtener. Por ello, UC-CDS, en palabras de su virtual presidenta, Teresa Gómez Limón, aspira a ejercer la acción política en nombre del CDS, una siglas que, a su juicio, el electorado conoce y aprecia, pero sin presentarse jurídicamente como tales.Aparte de la propia Gómez Limón, que trabajó en el equipo del fallecido alcalde de Madrid Agustín Rodríguez Sahagún, suenan como futuros dirigentes de esta formación Alberto Dorrego, que fue senador durante 12 años por UCD y portavoz de dicho grupo en la Cámara alta entre 1986 y 1992. Ayer se daba por hecha la salida de la presidencia del CDS de Rafael Calvo Ortega. "La labor de presidente del CDS quema mucho", explicaba uno de los candidatos a dirigentes. Entre las personalidades vinculadas a esta formación, Gómez Limón citaba a Raúl Morodo y a Federico Mayor Zaragoza.

Gómez Limón, pese a los esforzados intentos de José María Aznar por reivindicar el copyright del centrismo, estima que el control de origen les corresponde, y que son una opción distinta: " liberal progresista". El anteproyecto de ponencia ideológica intenta desnudar el centrismo del PP: frente a la opción "socialdemocráta-izquierdista", se presenta "la conservardora-derechista, aunque estos últimos se definan como centro-derecha".

Un total de 250 compromisarios deben reestructurar la dirección, líneas ideológicas y estatutos de ambos partidos. El CDS cuenta con 1.700 concejales y 12.0000 afiliados. Las ilusiones pesan más que las deudas.

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