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Ribó advierte a Serra y Carod que es imposible vencer a Pujol sin recuperar el sentido unitario

El presidente de Iniciativa per Catalunya (IC), Rafael Ribó, abrió ayer la quinta asamblea de su formación con una proclama en favor de construir una alternativa conjunta de la izquierda al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Ribó retomó su tesis de que es imposible derrotar a Pujol sin "recuperar el sentido de la Entesa dels Catalans", el amplio movimiento político y ciudadano que agrupó a la izquierda catalana en 1978. El líder de IC culpó al PSC y a ERC, cuyos líderes asistieron a la asamblea, de que hasta ahora no se haya conseguido forjar esta alternativa.

La confluencia de la izquierda es un proyecto largamente deseado por la formación que encabeza Rafael Ribó, especialmente tras la cuarta asamblea, celebrada en 1996, y tras la ruptura con Izquierda Unida, en septiembre de 1997. No obstante, ninguno de los pasos emprendidos han llegado a buen término y la proximidad de las elecciones autonómicas -en marzo, si acaban anticipándose- han convertido la asamblea de IC en una de las últimas oportunidades de crear una alternativa. Ribó planteó con amargura la situación y admitió que actualmente "se hace muy difícil la alternativa". No obstante, volvió a plantear su propuesta unitaria y afirmó que "no hay ninguna otra estrategia posible si se desea ganar". Dirigentes de todos los partidos parlamentarios catalanes -excepto Els Verds y el referente catalán de IU- asistieron en primera fila al discurso y se dirigieron a los 750 delegados de IC. Entre los invitados se encontraban el primer secretario del Partit dels Socialistes, Narcís Serra, y el secretario general de Esquerra Republicana, Josep-Lluís Carod-Rovira, que escucharon impasibles los reproches de Ribó. El líder ecosocialista acusó a sus formaciones de no haber respondido y censuró sus estrategias: la equidistancia de ERC entre CiU y el PSC, afirmó, "no favorece un cambio progresista" y "la pasividad y el silencio del PSC, que parece que no avance ninguna propuesta más allá de sus fronteras partidistas, tampoco es útil para un cambio". "La gente de izquierdas rechaza la política de botiguetes, tan decepcionante para los que confían en la alternativa", remachó. Ni Serra ni Carod-Rovira entraron en la polémica e insistieron en sus posiciones con un tono muy cordial. Serra consideró fundamental el papel que debe jugar IC -"vuestra suerte está ligada a la nuestra", afirmó-, pero cada uno desde su casa: "No nos enredemos en disquisiciones sobre fórmulas electorales", afirmó. Eso sí, animó a IC a diseñar conjuntamente los ejes programáticos ante las elecciones y recordó la colaboración que el PSC y el Partit Socialista Unificat (PSUC), predecesor de IC, habían tenido en el Gobierno de Tarradellas, entre 1977 y 1980. Serra elogió el trabajo que realizaron los comunistas Antoni Gutiérrez Díaz y Ramon Espasa, ambos distanciados hoy de Ribó y el segundo fuera de Iniciativa. Carod-Rovira reivindicó la equidistancia de ERC y no ahorró críticas muy duras contra los socialistas, a quienes achacó "centralismo, terrorismo de estado, yuppismo urbano, estatismo cerrado y corrupción". Carod enfatizó que su prioridad es la construcción de la izquierda nacional y para esta empresa propuso a IC "andar juntos". La asamblea de Iniciativa abordará también la mutación de la formación hacia el ecosocialismo y su conversión en Iniciativa-Verds, pese a que el dirigente de la federación europea de partidos verdes Arnold Cassola afirmó a su llegada a la asamblea que "no es el momento oportuno" para el cambio de nombre de IC.

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