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El título que Toyota no quiso ganar en los despachos

Sainz sería campeón si su equipo hubiera impugnado el Rally de Australia

Si Toyota no fuera japonesa, quizá Carlos Sainz todavía podría ser campeón del mundo. Si su equipo hubiera apelado ante la Federación Internacional (FIA) para resolver el caso de la penalización anulada a Tommi Makinen en el Rally de Australia, puede que todo dependiera aún de la decisión en los despachos. Y el piloto madrileño llevaría las de ganar, porque el castigo se levantó por un defecto de forma. Pero Toyota sí es japonesa, y no hay más que hablar, aunque cueste entenderlo. Y el tricampeonato se celebró en Finlandia, y no en España.La historia se remonta a la penúltima prueba de la temporada, disputada hace tres semanas. Makinen consiguió una victoria polémica después de que los comisarios deportivos anularan la sanción de un minuto que le habían impuesto por adelantarse en la salida de un tramo cronometrado.

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Mitsubishi, el equipo del finlandés, recurrió a una grieta del reglamento para cambiar la sentencia. En Australia se ensayaba un nuevo sistema de cronometraje con células fotoeléctricas y transmisores. Los datos de Makinen revelaron su irregularidad, pero el reglamento no acepta la lectura de las células como prueba.

En el defecto de forma, Mitsubishi halló la oportunidad para protestar y les salió redondo. Así recaudaron unos puntos decisivos en el desenlace del campeonato. Sin embargo, habría bastado que Toyota apelara en el plazo de una hora para que la decisión quedara en manos de la FIA. Pero eran las dos de la mañana, y hay quien dice que el gerente del equipo, George Donaldson, se había ido a dormir.

Otros consideran que la idea de no recurrir llegó de más arriba, de las oficinas de Toyota en Japón, que avisaron de que no querían ver su relación con la competición envuelta otra vez en un asunto turbio de sanciones, despachos y polémica, ahora que empiezan a limpiar el deshonor de aquella sanción que la FIA les impuso en 1995 por hacer trampas con los turbos.

Con el minuto regalado a Makinen, Sainz perdió el Rally de Australia por sólo 16 segundos. Si el castigo al finlandés se hubiera mantenido, el piloto madrileño habría ganado aquella carrera y también el Mundial. "Creo que no vale la pena acordarse del minuto de Australia y lamentarse", dijo el martes, "aunque es cierto que podíamos haber ganado el título el domingo, cuando abandonó Makinen, en lugar de perderlo tan cerca del final".

Makinen se presentó en Gran Bretaña con dos puntos de ventaja en el campeonato, margen suficiente cuando ambos candidatos abandonaron y se quedaron sin sumar. Con un desenlace diferente al conflicto de Australia, habría sido Sainz quien llegara con ventaja a Gran Bretaña, y se habría coronado él en lugar de Makinen. O, como mal menor, todo estaría aún pendiente de juicio.

Pero el resultado ahora ya es inamovible, y la conclusión para Sainz es que se ha quedado sin el título mundial sin haber cometido ni un solo error de pilotaje en todo el año. Mientras que Makinen alternó aciertos -cinco victorias- con desastres -seis retiradas, tres de ellas por culpa de accidentes, es decir achacables al piloto-, el español logró la regularidad, con dos victorias y sólo dos abandonos, pero su coche abortó el tricampeonato.

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