España, entre los mejores
La selección de voleibol ganó a Argentina y se asegura estar entre los ocho primeros
España volvió a soñar. Remontó un mal principio ante Argentina, sacó toda su casta en un tercer set muy ajustado y terminó aplastando a otro rival más de prestigio en su impresionante camino del Mundial. La victoria le aseguró estar ya entre los ocho mejores, con lo que iguala la mejor clasificiación de su historia en un torneo a tan alto nivel: el octavo puesto de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Pero la aspiración es aún mayor. El quinto lugar también es posible y si la madrugada pasada el equipo hubiera conseguido lo que casi sería el milagro de doblegar a la potentísima Cuba, incluso las medallas están al alcance. El voleibol, como antes el baloncesto y el balonmano, está lanzado a subir peldaños en la cumbre.Y eso que el comienzo contra Argentina fue decepcionante. La sombra del cansancio en el octavo partido del torneo (quinto de cuartos de final) pareció cernirse sobre la cancha. O quizá la hora, muy temprana (las 10 de la mañana) o el viaje desde Hiroshima hasta Osaka, o el cambio de escenario. La cuestión es que Argentina, sin jugar especialmente bien, se despegó rápidamente en el marcador. Sólo Rafa Pascual parecía despierto, pero es difícil que él únicamente pueda solucionarlo todo, aunque increíblemente lo sigue haciendo en cada partido y eso, ayer, le costó acabar derrengado. 0-3 para los suramericanos, 1-5, 2-6, 3-8, 5-9 y España se quedó casi ahí. Carreño entró por Moltó para intentar frenar la avalancha, pero no salió nada y el mejor brazo, Milinkovic, se convirtió en imparable rematando las colocaciones de Weber. El 15-6 no anunciaba nada bueno.
ESPAÑA 3
ARGENTINA 1España: Pascual, Vega, Falasca, Robles, Moltó, De la Fuente -equipo inicial-, Costa (líbero), Carreño, Prenafeta, Colón. Argentina: Milinkovic, Spajic, Quaini, Weber, Cuminetti, Pereira -equipo inicial-, Román (líbero), Firpo, Vizzari. Parciales: 6-15 (29m.), 15-6 (33m.), 17-15 (48m.), 17-5 (21m.) Árbitros: Dejan Jovanovic (Yugoslavia) y Dean Turner (Australia). Mostró tarjeta amarilla a Rafael Pascual y Juan Carlos Vega. Quinta jornada de la fase de cuartos de final, Grupo G, del Campeonato del Mundo de voleibol disputado en el Namihaya Dome de Osaka, Japón (700 espectadores).
Sin embargo, tampoco era normal. Más que ganar Argentina, que no había jugado especialmente bien, el set lo había perdido España. Tenía que haber una reacción. Y la hubo en el segundo cuando Rafa Pascual empezó otra vez desde sus 1,94 metros rematando desde el cielo. Pero ya había otro talante de conjunto. España despertó y se puso por delante: 2-0, 4-1 y aunque hubo algunos momentos de confusión, apareció al fin el bloqueo. El gigante Moltó, 2,05, el techo del equipo, hizo dos que valieron el 5-3 y el 7-3. Ello obligó incluso al técnico argentino Daniel Castellani a cambiar al primer colocador, Weber, por el segundo, Firpo. Pero fue inútil. España empezó a funcionar en todo: también en recepción, con lo que mejoró el ataque y acabó ganando 15-6.
España estaba lanzada, pero aún quedaba mucho partido. Y, además, surgió el cansancio. En la tercera manga de nada sirvió empezar arrollando, 4-0, porque Argentina igualó, 5-5 y aunque de nuevo Moltó en los bloqueos y siempre Rafa Pascual en los remates, volvieron a despegar a España, 10-6, De la Fuente y Costa cometieron fallos que estropearon las ventajas. Incluso Argentina se puso por delante, 11-12, gracias a dos regalos arbitrales muy inoportunos en la lucha cerca de la red y que costaron dos amonestaciones. El panorama era muy negro. Pascual parecía agotado y aunque España tuvo un 13-12 y un 14-13 a favor, justamente dos fallos de Rafa Pascual colocaron un peligroso 14-15 en el marcador. Pero ahí fue donde salió la raza de un equipo con moral y De la Fuente y Vega surgieron para relevar al capitán que no podía hacerlo todo. Cuando se iban a cumplir las dos horas de partido, un gran bloqueo final sentenció el 17-15 que podía ser definitivo.
España salió lanzada y no dejó reaccionar a Argentina en el cuarto y definitivo: 4-0, 5-1, 7-4, 9-5 y un paseo arrollador hasta el 15-5. Aparte de la victoria, la selección ganaba el descanso añadido de no ir al límite del juego. Falta le iba a hacer para intentar sorprender a Cuba en el primero de los dos grandes escollos -el segundo es Brasil- que le quedan sin día alguno de descanso.
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