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FÚTBOL COPA DE LA UEFA

El Celta prolonga ante el Liverpool su sueño europeo

Los vigueses barren a los ingleses en una espléndida segunda parte

Xosé Hermida

El templo de Anfield dictará la sentencia definitiva, pero el Celta volvió a mostrar anoche que es capaz de merendarse a cualquier vaca sagrada del fútbol británico. Pese a sufrir un gol en contra a la media hora, en la única acción en la que Owen pudo dejar su sello, el Celta se sobrepuso a una primera parte demasiado espesa y destrozó al Liverpool en otro segundo tiempo de fútbol eléctrico y exquisito. Los reds, entregados a defender en la fase inicial, se rompieron en cuanto el Celta encontró la inspiración y pisó el acelerador.Como en la eliminatoria anterior frente al Aston Villa, el Celta se vio con el marcador adverso sin que el rival hubiese reunido más méritos que el de su puntería para resolver un contragolpe aislado. Todos los análisis previos coincidían en presentar a un Liverpool vulnerable en defensa y mortal en el área contraria, pero una vez más la realidad contradijo las previsiones. Los reds cedieron la iniciativa al Celta, se defendieron con una solvencia inesperada y su ataque fue inexistente. Fowler fue un testigo mudo en la primera parte, y Owen sólo apareció dos veces, aunque en ambas logró encarar en solitario a Dutruel. La primera nació de un error de Cáceres en un despeje, pero el último héroe británico, tal vez sorprendido por la pifia defensiva, se encontró con un portero atento a la salida, que le obligó a rematar desviado.A la siguiente oportunidad, Owen acreditó su fama y su portentosa velocidad. La picardía la puso Berger, quien recuperó un balón perdido en ataque por el Celta y se aventuró con un pase muy largo para el desmarque de Owen. Esta vez, Dutruel vaciló, se quedó aturdido bajo los palos y el niño prodigio de Anfield lo fusiló con precisión colocando la pelota junto al poste derecho.

CELTA 3

LIVERPOOL 1Celta: Dutruel; Oskar Vales, Cáceres, Djorovic, Tomás; Karpin (Bruno Caires m. 82), Makelele, Mazinho, Mostovoi; Sánchez y Penev (Gudelj m. 82). Liverpool: James; Heggem, Kvarme, Staunton, Bjornebye; Redknapp, Carragher, Thompson (Riedle m. 77), Berger; Owen y Fowler. Goles: 0-1. M. 35. Berger mete un balón largo a Owen, que gana en carrera a la defensa local y marca de disparo raso ajustado al palo. 1-1. M. 49. Jugada de ataque del Celta, que termina con un centro desde la izquierda de Tomás a Sánchez, quien toca de cabeza hacia atrás para que marque Mostovoi. 2-1. M. 55. Clamoroso fallo de Heggem al despejar un córner, y el balón queda a pies de Karpin, que marca de tiro cruzado.. 3-1. M.90. Gudelj resuelve un barullo en el área del equipo inglés. Arbitro: Bikos, griego. Amonestó a Redknapp. Más de 30.000 espectadores en Balaídos. Partido de ida de los octavos de final de la Copa de la UEFA.

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El fútbol fue generoso con Gudelj, que debutó en Europa con un gol decisivo

Frente a las especulaciones tácticas de los últimos días, los dos entrenadores regresaron al clasicismo del 4-4-2, aunque en ambos casos con ciertas correcciones para reforzar defensivamente el centro del campo.Houllier, el técnico del Liverpool, mostró que se había estudiado al detalle el último partido del Celta en Birmingham y sacó un medio centro, Carragher, con la misión casi exclusiva de perseguir a Mostovoi por todas partes. Al ruso le sobra talento para dar muestras de peligro incluso cuando está sometido a vigilancia intensiva, pero la tenacidad de Carragher acabó por agostar la principal fuente de inspiración del Celta, que tuvo la pelota, la manejó con criterio, persiguió el gol con más ánimo que el Liverpool, pero sus buenos propósitos murieron en las inmediaciones del área británica. Aunque el regate de Tomás, improvisado lateral izquierdo, rindió beneficios por la banda izquierda, en la derecha el Celta añoró toda la noche al ausente Míchel Salgado. Y faltaron, además, las carreras de Makelele, más retrasado de lo habitual para ayudar a Mazinho en la zona de gestación.

El comienzo de la segunda parte demostró que cuando el genio se desata, los marcajes policiales resultan inútiles. El siempre acosado Mostovoi agarró una pelota en los tres cuartos, aguantó todas las acometidas -legales e ilegales- de los defensores rojos y se plantó en el área. Cuando la jugada parecía morir por falta de apoyos, se inventó un taconazo para Tomás, que la colocó al segundo palo, donde Sánchez, más astuto que nadie, dejó atrás para que el ruso culminase su alarde con el gol.

Como suele ocurrir en estos casos, el empate propulsó al Celta, que abandonó su vacilante actitud de la primera parte y se lanzó dispuesto a enterrar al Liverpool en sus propias trincheras. Fue el momento en que los reds demostraron la fragilidad de su defensa. Una estrepitoso pifia de Heggem a la salida de un córner dejó el balón listo para que Karpin batiese a James y el público entrase en estado de delirio.

El Liverpool volvió a encontrarse incapaz de sobrepasar la frontera de su propio campo. El ánimo de los británicos se descompuso irremediablemente, con el Celta volcado en busca del tercero frente a un rival que por momentos hasta tuvo que traicionar su estilo para sacudirse con algún pelotazo el dominio celeste. Cuando Redknapp pateó la bola a ninguna parte a falta de otro medio para expulsar al Celta de las inmediaciones de su área, ya nadie dudó que el Liverpool se había ido del partido. Mostovoi, Tomás y Sánchez acariciaron el gol, pero fue el veterano Gudelj el que apareció para pintar de mayor justicia el resultado.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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