Brusco despertar

España despertó bruscamente de su bonito sueño mundialista. Fue muy ajustado y quizá en uno de los partidos que menos cabía esperar, pero el cansancio empezó ya a pasar factura en los momentos límite. Tras siete partidos, y cuatro de la segunda fase, Canadá fue más astuto y hasta favorecido por los árbitros en jugadas concretas. Pero no hubo disculpa. La selección española también decidió los dos triunfos contra Japón, el de Egipto, y el primero contra Corea del Sur, en el quinto y definitivo set. El voleibol en la élite está muy igualaddo, salvo leves excepciones, y bastante mérito ha tenido España al debutar en un Mundial como si hubiera sido un fijo de toda la vida. Ayer, se repitieron bastante más los errores por falta de concentración, algo bien difícil de mantener durante tantos partidos."Algún día teníamos que perder, pero no por ello vamos a bajar los brazos", dijo el capitán y brazo rematador Rafa Pascual tras el partido en el que sumó 26 puntos más en su estadística siempre deslumbrante, que le tiene en cabeza como jugador más valioso.

España volvió a empezar muy bien y ganó el primer set, 15-11. Pero Canadá se impuso en el segundo, 15-9 y el cansancio obligó ya al técnico Di Pinto a cambiar más a menudo el sexteto inicial. La primera clave de la posterior derrota española, tras ganar con mucho esfuerzo el tercer set, 15-12, fue la pérdida del cuarto. Cayó por 16-14 después de remontar varias desventajas y de llegar al 14-14. Así, de ganar el partido se pasó al quinto set, el de la muerte súbita, con tantos en cada jugada. Ganar entonces los de saque propio es fundamental, porque supone, si no se consigue ya punto de saque directo, haber evitado antes los remates rivales con bloqueos o recepciones. España llegó a tener ventajas de 9-7, 10-8 y 11-9, pero la vista gorda arbitral en los saques canadienses, que muchas veces pisaban en el campo, y la rigurosidad del yugoslavo Jovanovic al pitar una invasión (pasar al otro lado de la red) de Moltó, fueron el principio del fin. Canadá marchó ya siempre por delante. "Pita siempre, pero también para los demás equipos", le dijo un enfadado Pascual cuando subió el 12-13 al marcador. Pero los colegiados (que también perjudicaron ante Japón), no tuvieron ya la culpa de una mala recepción de Rodríguez a un gran saque de Ballard (12-14) y aunque Pascual igualó (14-14) con un gran remate y un saque, hubo un bloqueo español fuera (14-15). Los árbitros sí señalaron un toque de red canadiense a pesar de que el bombazo de Pascual había ido fuera (15-15), Duerden machacó en diagonal (15-16), y De la Fuente igualó al forzar el bloqueo fuera canadiense (16-16). Pero fue el final. Otra mala recepción y un remate de Ballard que salvó el bloqueo decidieron el 16-18.

Aún no hay nada perdido, ni siquiera la aspiración a las medallas, pero la cruda realidad es que si se perdió con Canadá, un equipo asequible, el asalto a los dos grandes del grupo de cuartos de final, Cuba y Brasil, se antoja demasiada hazaña. La siguiente clave se producirá esta noche, cuando a las dos de la madrugada (Sportmanía, en directo), 10 de la mañana del martes en Osaka, nuevo escenario de los partidos, la selección española se enfrente a Argentina. El equipo suramericano ha perdido ya dos partidos en esta fase, contra Canadá, precisamente, 3-1, y Bulgaria, a la que aplastó España, 3-2. Pero ayer dominó también sin remisión a Corea del Sur. En cualquier caso, también es ganable en teoría y ello supondría asegurar la tercera o cuarta plaza del grupo, que da opción a disputar la tanda final por los puestos quinto al octavo. Y seguir soñando con sorprender después, las noches del martes al miércoles y del miércoles a jueves, a cubanos y brasileños. Al menos, aún queda ilusión.