El Betis trabaja para ganar
El Oviedo no pudo con la presión de los verdiblancos
El Betis ganó en Oviedo con Denilson, inicialmente en el banquillo, y con Oli en el papel de aguafiestas. El ex jugador ovetense se convirtió en la clave del partido, sacando petróleo de un erial. El Betis fue un equipo poco dado a las florituras, pero su ariete sacó el máximo partido de las acciones atacantes con un gol, dos cabezazos que no lo fueron por poco y el desquiciamiento progresivo del rival. Rabarivony fue el primero en perder los papeles, junto con el resto de la defensa azul, y hasta el público, que en el primer tiempo había premiado con aplausos el gesto de Oli de no celebrar el gol y al final del partido le despidió con bronca.El Betis de Clemente gana y le dice adiós a la filigrana propia de la escuela andaluza. Su equipo se puso el mono y fue como una roca frente a la cual el Oviedo murió ahogado por la presión. El equipo de Fernando Vázquez se encontró desde el principio con el balón en los pies y con toda la presión bética encima y su capacidad de respuesta no duró más allá que un cuarto de hora. Sin balón, con el equipo exactamente colocado en el campo y sin una fisura en sus líneas, Clemente sólo necesitaba un gol para ser completamente feliz. Su equipo apenas hizo algo por lograrlo en el primer tiempo, pero un golpe de fortuna y a la vez de clase le abrió las puertas de la victoria. Oli recibió un balón muerto al borde del área, le aplicó la zurda y su volea sobrevoló a Esteban para terminar en la red. Un minuto después le faltaron milímetros a un cabezazo suyo para agrandar la brecha.
OVIEDO 0
BETIS 1Oviedo: Esteban; Manel, César, Onopko, Rabaribony; Paulo Bento, Jaime (Iván Ania, m. 44); Iván Iglesias (Fabio Pinto, m. 55), Dubovsky, Pompei; Dely Valdés (Möller, m. 78). Betis: Prats, Otero, Ureña, Solozábal, Olías, L.Fernández; Finidi (Denilson, m. 75), Merino, Ito (Cañas, m. 61), Fernando (Benjamín, m. 51); Oli. Gol. 0-1. M. 33. Oli. Árbitro. Megía Dávila. Expusó a Rabariboni y Oli. Amonestó a Ureña, Onopko y César. Casi lleno en el Carlos Tartiere.
El Oviedo tampoco anduvo fino ante la portería enemiga. Al comienzo del segundo tiempo, el recuerdo de la reciente remontada ante el Barcelona y la ofensiva general ante el repliegue bético hizo pensar en la posibilidad de otra hazaña, pero el equipo de Vázquez anduvo siempre a remolque de su propia falta de criterio para romper la barrera verdiblanca. En ese empeño, Vázquez fracasó dándole la batuta a Dubovsky. El eslovaco, demasiado lejos de donde hace daño, se especializó en darle todos sus pases al contrario. La salida del brasileño Fabio Pinto no fue esta vez ningún revulsivo y la ofensiva azul se fue diluyendo. El segundo tiempo se inició con un golpe franco de Pompei que escupió el larguero y terminó con el Oviedo desquiciado ante la falta de un método para echarle el guante al dispositivo defensivo del rival. El Betis dejó el poso típico de los equipos de Clemente. Fue un conjunto bien colocado, enemigo de los trámites intermedios, sin fútbol y sin contemplaciones.
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