La acción de Telefónica gana 410 pesetas (6,54%) al día siguiente de anunciar que no dará dividendo
Telefónica concentró ayer la atención de los analistas e inversores en Bolsa, después de anunciar que no habrá dividiendo con cargo al ejercicio de 1998, sino una ampliación gratuita de una acción por cada 50. El mercado acogió la medida con una subida de 410 pesetas, un 6,54%. La contratación de Telefónica ascendió a 51.019 millones de pesetas, el 27,33% del total del mercado continuo, superior a la media de este valor. Los analistas reconocen que la decisión convierte a Telefónica en un valor de mayor riesgo y dan por hecho que la nueva política se va a mantener en próximos ejercicios.
La acción de Telefónica cerró la sesión a 6.680 pesetas, 410 pesetas por encima de la cotización del miércoles, pero en esos momentos, en Wall Street el precio unitario era de 6.572 pesetas, 108 por debajo del conseguido en el mercado continuo. A media sesión, en Estados Unidos, dos horas después de terminar la jornada en España, el precio de las acciones de Telefónica en Wall Street había subido hasta los 46,33 dólares por título, una revalorización del 5,05%, pero todavía 60 pesetas por debajo del cierre en el mercado español.Los comentarios de los inversores tendían a cuestionar las explicaciones del presidente de la compañía, Juan Villalonga, durante la reunión del martes y el miércoles pasados con analistas e inversores institucionales. Para la mayoría, es evidente que la empresa no puede pagar el dividendo y que endulza la píldora diciendo que regala algo que ya pertenece a los accionistas, que, hoy por hoy, son los dueños, al menos teóricos, de la sociedad.
Descuento de la acción
Uno de ellos afirmaba que "el capataz, además de no hacer vino, regala uvas a los dueños de las cepas". La explicación técnica de esa afirmación está en que los derechos de una ampliación con cargo a reservas, como la planteada por Telefónica, están contenidos en el valor de las acciones, las cuales lo descontarán en el momento de iniciarse la ampliación, es decir, que el precio del derecho de suscripción, uno por cada 50 títulos -que equivale al 2% de dividendo-, se descontará automáticamente del precio de las acciones antes de iniciarse la sesión del día correspondiente.Tampoco faltaron comentarios sobre el comportamiento del núcleo estable de accionistas de Telefónica, compuesto por el Banco Bilbao Vizcaya, Argentaria y La Caixa, y con participaciones que en todos los casos rondan el 5%. Estas sociedades van a dejar de percibir unos 2.000 millones de pesetas cada una por el dividendo a cuenta que iban a cobrar en diciembre, cifra que en conjunto puede superar los 15.000 millones de pesetas si se añade el dividendo complementario.
Los analistas de inversiones han tomado nota de la nueva política de retribución al accionista -compromiso de crecimiento de la acción en lugar de dividendo- y dan por hecho que, al menos, en los dos próximos ejercicios se mantendrá la nueva orientación. "Es razonable pensar que una compañía no va a modificar su política de retribución al accionista cada año", afirmó María Rotondo, de Banco Santander de Negocios.
De hecho, en su reunión del pasado miércoles con los inversores institucionales, el presidente de Telefónica, Juan Villalonga, afirmó que es probable que el año que viene no haya dividendo. Ayer, un portavoz oficial de la operadora reconoció que es difícil pensar que cuando se ha decidido dar un giro radical a las relaciones con sus accionistas se vaya a dar marcha atrás el año que viene. "Lo importante no es que eliminen el dividendo, sino qué es lo que van a hacer con el dinero", explicó a la agencia Bloombreg Vicente Castellano, analista de Ibersecurities.
Los analistas de Bolsa valoraron ayer "la capacidad de reacción" de Telefónica ante el nuevo entorno de competencia en España y subrayaron el cambio en el modelo de gestión, "que se asemeja más al de una empresa de mercadotecnia, al estilo de las nuevas operadoras estadounidenses, que al de las tradicionales empresas europeas del sector".
Los analistas entienden que hay dificultades -más competencia en España, presión de Fomento para que Telefónica preste su red a nuevas operadoras, dificultades en América Latina...-, pero destacan los planes de ajuste anunciados y las posibilidades de crecimiento en Brasil y de la telefonía móvil. Destacan que Villalonga afirmó en la reunión que el efecto de dilución de la acción -recorte del beneficio- como consecuencia de las inversiones en Brasil será del -0,4% en 1998 y positivo, entre el 1% y el 2%, en 1999.
Entrada en MCI
Villalonga había dejado entrever a los analistas la posibilidad de incrementar sus inversiones en Brasil, donde, sin embargo, ha comprometido ya 5.340 millones de dólares (747.600 millones de pesetas), de los que 3.200 millones (unos 450.000 millones de pesetas) están aún pendientes de pago y renegociándose su financiación.En la Bolsa pasó inadvertida la incorporación de Villalonga al consejo de la estadounidense MCI WorldCom. Ante los analistas, el presidente de Telefónica redujo la importancia de su alianza internacional al asegurar que se circunscribe a acuerdos para el desarrollo de proyectos específicos.
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