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Almunia y Borrell aplazan el debate sobre quién debe ser interlocutor de Aznar

Las cosas siguen como estaban. El candidato socialista a La Moncloa, José Borrell, y el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, no avanzaron un ápice respecto a quién de los dos debe representar al partido en la interlocución con el Gobierno y las principales fuerzas políticas. Tras hora y media de reunión, la aspiración de Borrell de contar con un mayor protagonismo quedó sin respuesta. Ambos pospusieron la solución a futuras conversaciones, sin precisar fecha.

Borrell y Almunia no tuvieron problemas, sin embargo, para sellar un pacto de silencio y cortar así la riada de informaciones periodísticas sobre las discrepancias que mantienen sobre el papel que uno y otro debe desempeñar al frente del partido.La jornada en la sede del PSOE empezó con una reunión entre candidato y secretario general en la que, a solas, hablaron sobre sus problemas de representación. Al terminar, ambos se incorporaron inmediatamente a la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal. Algunos de los asistentes reconocen que escudriñaron el semblante de uno y otro para tratar de deducir si las cosas habían ido bien o no. Como ninguno de los dos dijo nada sobre el asunto, la interpretación general fue que las cosas seguían como estaban.

Los intervinientes en esta materia no entraron en el fondo de la cuestión, sino que lamentaron el gran espacio que dedican los medios de comunicación a los problemas internos del PSOE y cuán poco a sus propuestas para los ciudadanos. "El ambiente final era de depresión", reconocía un miembro de la Ejecutiva Federal. Al final de la reunión, el responsable de Comunicación socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, se limitó a señalar que la entrevista de Almunia y Borrell había ido "bien". Por su parte, el candidato rehusó hacer cualquier referencia a este asunto. "A los parados de más de 45 años no les interesan en absoluto estas cuestiones", replicó Borrell al ser preguntado sobre el resultado de la reunión tras una conferencia de prensa en materia de empleo.

Cortar el debate público

El objetivo fundamental de ayer para Almunia y Borrell era cortar el debate público sobre sus diferencias y ese afán primó sobre todo lo demás. El pacto de silencio invadió a toda la Ejecutiva Federal, pero de ninguno de los consultados brotó una expresión optimista. La conclusión mayoritaria es la de que todo sigue como estaba, ya que si Almunia le hubiera dicho a Borrell que no había problema alguno para que ostentara la máxima representación pública "se sabría" y todo estaría solucionado. En todo caso, los interlocutores consultados confían en que el conflicto pueda abordarse antes de la reunión del Comité Federal del día 21 de este mes, ya que si este problema no se soluciona hará que queden en segundo término las propuestas políticas y la crítica al Gobierno.En la reunión de la Ejecutiva también se abordó el llamado "giro españolista" del PSOE en las elecciones vascas, según percepción de algunos dirigentes regionales. Los presidentes de Castilla-La Mancha, José Bono, y de Andalucía, Manuel Chaves, ironizaron sobre su supuesto españolismo y recordaron que ese vocablo se utilizaba en la etapa preconstitucional y se atribuia al franquismo y a los que defendían la "España, una, grande y libre". Lo cierto es que no hubo desacuerdo, sino que tanto los citados como el primer secretario del PSC, Narcís Serra. abogaron por defender "una lectura federal" de la Constitución tal y como figura en el documento autonómico aprobado hace seis meses por el Comité Federal.

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