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Reportaje:

Los gamberros también vuelan

El aumento de pasajeros que se saltan las mínimas reglas de urbanidad en los aviones preocupa a los tripulantes

Soledad Alcaide

, A bordo de los aviones hay cada vez más pasajeros que inexplicablemente pierden los papeles: insultan a sus vecinos o a los tripulantes, se saltan las reglas de seguridad, y a veces llegan a la agresión. Esta situación fue analizada en el seminario El pasajero indisciplinado, organizado el pasado junio por la ICCA, la asociación internacional de tripulantes de cabina en Estocolmo (Suecia), y se llegó a la conclusión de que las compañías deben dar más formación para afrontar estas situaciones a los tripulantes y hacer caso de sus denuncias, actuando contra este tipo de pasajeros.

Una primera respuesta la ha tenido la compañía British Airways, que ha puesto anuncios en los aeropuertos británicos advirtiendo a los "pasajeros abusivos" de que su mal comportamiento puede acarrear multas e incluso penas de prisión. En España, en cambio, no se da demasiada importancia a estos incidentes. "Las tripulaciones están muy preparadas y los solventan solas", apunta Angie Bowen, relaciones públicas de Spanair. Tanto esta compañía como Iberia señalaron a este periódico que, aunque los sobrecargos están obligados a elaborar un parte de incidencias con todos los problemas ocurridos durante el vuelo, no existe un reflejo oficial de los casos más graves. La explicación que dan en ambas empresas es que apenas se producen.

María, una azafata de Iberia de 25 años, cuenta un caso ocurrido hace unos días: "Uno de los pasajeros llamó a la sobrecargo porque el señor de al lado no hacía más que cantar canciones obscenas y le había dicho a su mujer que tenía cara de no saber 'follar'. Cuando ella intervino, el pasajero se revolvió y empezó a insultarla y amenazarla. No paró hasta que dos agentes vinieron a llevárselo, con una denuncia por perturbar la seguridad del vuelo".

Ahora que volar es tan fácil como coger el metro, los pasajeros le han perdido el miedo y, en muchos casos, el respeto. "Los peores son los que van a los viajes que llamamos de turismo sexual, como los vuelos a La Habana", dice María. "No sólo se ponen hasta arriba de alcohol durante el viaje, sino que muchos ya llegan bebidos. A veces intentan propasarse contigo".

Para M. Ángeles Monjas, presidenta del SITCPLA (Sindicato Independiente de Tripulantes de Cabinas de Pasajeros de Líneas Aéreas) se evitarían excesos "si las compañías avisaran mejor a los pasajeros de las normas y se diera más prioridad a la seguridad". Subraya además que los pasajeros no son conscientes del peligro que supone cualquier incidente a bordo. "En un avión hay un espacio reducido y la menor conflictividad afecta mucho al entorno". Por eso, dice, los pasajeros deben entender que los tripulantes llevan el mando. "No se les llama la atención para negarles un servicio, sino por su seguridad".

Lo cierto es que muchos casos graves ni siquera se denuncian. Ángeles, azafata de Iberia de 41 años, asistió hace unos años a una pelea con navaja en el avión y aún no se explica cómo el arma no fue detectada en los controles. "Unos pasajeros que aparentemente estaban de broma, acabaron frente a frente en el pasillo. Uno de ellos blandía una navaja y el otro, en vez de acobardarse, le hizo frente". A pesar de que está prohibido llevar armas a bordo, "cada uno se fue por su lado al llegar a tierra". Y, como no hubo daños, para la compañía este incidente, como otros muchos, nunca existió.

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Sobre la firma

Soledad Alcaide
Defensora del Lector. Antes fue jefa de sección de Reportajes y Madrid (2021-2022), de Redes Sociales y Newsletters (2018-2021) y subdirectora de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS (2014-2018). Es licenciada en Derecho por la UAM y tiene un máster de Periodismo UAM-EL PAÍS y otro de Transformación Digital de ISDI Digital Talent. 

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