Ardanza pide a Ibarretxe en el mitin final del PNV que "consiga la paz"

El PNV cerró ayer su campaña en Bilbao con una escenificación de la entrega del testigo entre José Antonio Ardanza y el candidato mejor colocado para sucederle en Ajuria Enea, Juan José Ibarretxe, a quien el todavía lehendakari encargó que "consiga la paz" y la reunificación de los nacionalistas. En el mitin de final de campaña, los peneuvistas reiteraron que Euskadi no es un país dividido entre nacionalistas y no nacionalistas, un mensaje que, a su juicio, sí han difundido el PSE-EE y el PP. Como prueba de esta teoría, Ibarretxe rechazó que EH tenga madurez política para entrar en un Gobierno en el que sí habrá "formaciones que tradicionalmente han estado en el panorama político".

El PNV cerró ayer su campaña con un acto multitudinario en el polideportivo de La Casilla de Bilbao. El palacio de deportes se transformó en una fiesta cuando el lehendakari José Antonio Ardanza y el candidato a sucederle, Juan José Ibarretxe, atravesaron el largo pasillo que llevaba hasta el escenario. Por la mañana, en una entrevista radiofónica, Ardanza había asegurado que se marcha "contento" del palacio de Ajuria Enea porque el País Vasco está "en la senda definitiva de la paz". "En este momento estamos realmente alumbrando la luz", dijo, y afirmó que los acontecimientos que desembocaron en la tregua de ETA han sido "una especie de broche de oro". Banderas, globos y unas ovaciones interminables fueron el preludio de la entrega del testigo con el que los dos miembros del PNV escenificaron, en medio del delirio colectivo, el pasado y el futuro -si las urnas lo deciden así- en Ajuria Enea. Ibarretxe aguantó estoicamente en el escenario mientras escuchaba los cuatro encargos de Ardanza: "Conseguir la paz, reducir el paro, aumentar la formación de los ciudadanos y la reunificación de la familia nacionalista". El candidato, que mantuvo el testigo de madera en la mano durante todo el discurso, aceptó el reto, y le sumó otro: "Hacer un país para todos", completó Ibarretxe.

Ese fue el eje central de las intervenciones. Querían trasladar a los presentes que, a pesar de la Declaración de Lizarra y de la de Barcelona, van a seguir representando la centralidad política en el País Vasco.

Más de cien años

El primero en hablar fue el consejero de Interior del Gobierno vasco y candidato del PNV a la presidencia del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, al que siguieron Ibarretxe y el presidente del PNV, Xabier Arzalluz. Atutxa empezó el discurso intentando responder a los que acusan a su partido de estar ideologizado tras la firma tanto del acuerdo de Lizarra como de la declaración de Barcelona. "En 20 años de Gobierno hemos hecho, estamos haciendo y vamos a seguir empeñados en construir un país para todos. En 20 años hemos llegado a acuerdos con todo tipo de partidos y hemos sido sobre todo pragmáticos y realistas y esa voluntad es la que nos centra", aseguró Atutxa.

El consejero en funciones quiso centrar su intervención en que la sociedad vasca no está dividida, pese a que así lo han manifestado los partidos no nacionalistas. "Tenemos más de cien años de historia, y del primero al último hemos acreditado ser capaces de integrar los intereses de todos", dijo.

"La paz y la convivencia", declaró Atutxa ante un público entregado, "se construyen no repartiendo excomuniones a quienes hemos abierto la puerta, ni descalificando, injuriando y mintiendo sobre quienes como nosotros, avisamos que llamaban al timbre y presentamos el plan de paz de Ardanza. Ahora es el PP, que en su día se opuso a ese plan, el que habla de un país para todos".

Dentro de esta campaña por defender el protagonismo de su partido en la búsqueda de la paz, Atutxa se esforzó en desmentir pactos secretos entre PNV y HB. "En esta campaña se han inventado acuerdos secretos que no existen, apelaciones a la xenofobia y deseos de segregación que han delatado a los verdaderos frentistas. Gritos que no pueden ocultar la falsedad y la injusticia".

Horas antes, Juan José Ibarretxe, candidato del PNV a la presidencia del Gobierno vasco, dejaba claro que las posibilidades de formar gobierno en Euskadi iban a pasar por "aquellas formaciones políticas que tradicionalmente han estado en el panorama político", como EA, PSE, PP e IU.

"Tendremos que ver qué disposición tienen los partidos a entrar en el Gobierno", subrayó. El candidato recordó que el anterior Ejecutivo se configuró con aquellos partidos que se ofrecieron para formar parte del mismo. En ese sentido, Ibarretxe descartó la posibilidad de que Euskal Herritarrok vaya a formar parte del próximo Gobierno de Euskadi, porque de momento no aceptan las instituciones vascas. "No todos los partidos políticos tienen la suficiente madurez ni la suficiente reflexión dentro de sus propias formaciones como para poder incorporarse a un Gobierno que se tiene que empezar a confeccionar dentro de unas horas", señaló Ibarretxe. El candidato a lehendakari señaló que los que han incluido estos argumentos en el debate lo han hecho de "mala fe".

Paz sin exclusiones

El cabeza de lista del PNV resumió su compromiso de trabajo en un futuro centrado en trabajar para conseguir la paz "sin exclusiones y sin condiciones", unido a la necesidad de crear actividad y reducir el desempleo. En resumen, su argumento lo basó en la necesidad de, según sus palabras, "hacer del ser humano el corazón de nuestro proyecto político". El responsable de la campaña electoral del PNV y miembro de la ejecutiva de los nacionalistas, Paco Allende, tuvo palabras para los presidentes autonómicos socialistas que han visitado Euskadi en estos días: el extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra; el andaluz, Manuel Chaves; y el de Castilla-La Mancha, José Bono. Allende les advirtió que era posible que los partidos nacionalistas visiten a partir de ahora estas tres comunidades para explicar a su población los logros vascos y que puedan compararlos con los alcanzados por los dirigentes de sus comunidades respectivas.