Madico contribuye con "L"hèroe", de Rusiñol, a recuperar clásicos catalanes

L"hèroe, de Santiago Rusiñol, se ha estrenado en el teatro Joventut de L"Hospitalet con dirección de Ferran Madico. El espectáculo entra de lleno en la recuperación de los clásicos catalanes que intenta desde Maria Rosa, de Àngel Guimerà, dirigida por Rosa Novell, la productora Focus, actual gestora del teatro Romea. La intención, según Daniel Martínez, gerente de Focus, es propiciar un repertorio dirigido al público habitual del Romea formado durante su etapa como Centre Dramàtic de la Generalitat.

Madico, un director interesante de la nueva generación, cuenta con un reparto integrado por Francesc Garrido, Pep Cruz, Montserrat Garcia Sagués, Xavier Ripoll, Jordi Figueras, Mireia Aixalà, Áurea Márquez, Jordi Rico, Pere Ventura, Xavier Serrat y Enric Serra. "L"hèroe es una obra antimilitarista", explica Madico. "Cuando Rusiñol la estrenó, en 1903, en plena resaca de la derrota del 98, se produjo un auténtico escándalo. A la mañana siguiente del estreno, el empresario del Romea se dio cuenta de que eran muchos los militares que compraban entradas para aquella noche. El empresario fue al gobernador civil para pedir más policía, pero éste se la negó. Para evitarse problemas, aquella misma noche cambió la pieza del repertorio. Y Rusiñol se fue a París. Todo esto debe tenerse en cuenta a la hora de montarla. Pero no basta. El mismo Rusiñol decía que lo clásico es lo que del discurso perdura en el tiempo". "Un clásico", prosigue Madico, "pide una relectura desde la actualidad. L"hèroe tiene una estructura y una forma que van dirigidas al público de su tiempo. Los códigos son los de su época. Rusiñol, y no hay que olvidar que es un hombre de mundo y buen conocedor del teatro más avanzado de su tiempo, reflexiona sobre el pueblo, la familia, el país. Pero hay, además, otra serie de líneas de reflexión que casi 100 años después siguen teniendo validez. En primer lugar, la brutalidad de la guerra. Otra, menos evidente, es la reflexión sobre la máscara, en el sentido de que el héroe, cuando se va a Filipinas, es un tipo anónimo a quien la opinión pública, a su regreso, hace famoso, lo que le obliga a comportarse de otra manera. El héroe es el único personaje al que Rusiñol no pone nombre. Está condenado a vivir con su máscara". ¿Cómo hay que montar los clásicos catalanes? "A veces ves a gente que coge una obra y la transforma hasta que parece otra", comenta Madico. "Para eso más vale que cojas un texto que se ajuste a lo que tú quieres. Es inevitable, al enfrentarse por ejemplo, a un Rusiñol, que se te caiga tu tradición encima. Afloran todos los fantasmas. Enfrentarse a los propios fantasmas es a menudo duro y doloroso. Es mucho más fácil enamorarse de tradiciones ajenas, porque ni te rozan. Pero es necesario reflexionar sobre nosotros mismos. Por eso es urgente la revisión de los clásicos".