Una operación de Ferrovial amenaza el plan urbanístico de plaza de Castilla

Madrid - 22 oct 1998 - 00:00CEST

La empresa Ferrovial ha decidido convertirse en reversionista (propietario de terrenos expropiados que reclama dinero sobre un suelo que va a cambiar de uso) al comprar los futuros derechos sobre un suelo a antiguos dueños de fincas ocupadas ahora por el Canal de Isabel II en la plaza de Castilla. Ferrovial ha adquirido un 17% de esos futuros derechos, según público ayer El Mundo; un 20%, según afirman fuentes de la Comunidad de Madrid. En Ferrovial prefieren no dar datos. Un portavoz de la compañía se limitó a señalar: "Es una operación inmobiliaria en la que estábamos desde hace un año". Esta compra amenaza la viabilidad del plan regional diseñado por el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón para el último solar sin edificar de la plaza de Castilla.

La Consejería de Obras Públicas y Urbanismo había ofrecido, en mayo, 2.500 millones a los antiguos propietarios, entre los cuáles no se encontraba Ferrovial. Con los derechos adquiridos, Obras Públicas pretendía cambiar el uso del suelo y vender una parte por 9.000 millones a Repsol para que levantara un rascacielos. Con las plusvalías generadas (6.500 millones), la Comunidad construiría un Palacio de Justicia y un parque público.

La oferta sigue en pie. El día 28 de octubre, los antiguos propietarios y el nuevo, Ferrovial, podrán firmar la venta de sus derechos en el despacho de un notario contratado por la Comunidad. Alberto Ruiz-Gallardón advirtió ayer al consejero delegado de Ferrovial, Rafael del Pino, de que no pagará más de 2.500 millones por los derechos. Si rechazan la oferta, la operación quedará anulada y los reversionistas perderán cualquier posibilidad de ganar dinero con unos suelos que les expropiaron hace más de 40 años. "No aceptamos chantajes ni que intenten especular a nuestra costa", señalaron ayer varios dirigentes autonómicos. Un portavoz de Ferrovial indicó que buscarían "soluciones para que el proyecto salga adelante".

La oposición, IU y PSOE, denunciaron ayer la "metedura de pata" de Ruiz-Gallardón.

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