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La fiscal asegura que no se persiguen las ideas de Pedro Varela, sino la xenofobia y el racismo La acusación pública ratifica su petición de cuatro años de cárcel al acabar el juicio

La fiscal aseguró ayer durante la exposición de su informe en el juicio contra Pedro Varela que el Código Penal no persigue las ideas que pueda tener el propietario de la librería Europa, sino la xenofobia y el revisionismo histórico que niega el genocidio. El caso quedó ayer visto para sentencia y la acusación pública ratificó su petición de dos años de prisión por apología del genocidio y otros dos por incitación al odio racial. El ex presidente de Cedade hizo uso del último turno de palabra para proclamar su inocencia y asegurar que era un chivo expiatorio.

La representante de la fiscalía, Ana J. Crespo, explicó en su informe ante el magistrado que ha de dictar sentencia, que los casi 21.000 libros que intervinieron los Mossos d"Esquadra en la librería Europa en los que se defendía el régimen de Hitler y se negaba el holocausto estaban preparados para su distribución y venta. "Esta conducta no tiene justificación, ni siquiera en la libertad de expresión", aseguró. Según la acusación pública, durante la vista que concluyó ayer "no se juzgaba ni se criminalizaba la ideología de nadie" y recordó que gracias a la permisividad del magistrado Santiago Vidal el ex presidente del Círculo Español de Amigos de Europa (Cedade) "se ha defendido incluso de lo que no se le ha preguntado, porque nadie le ha acusado de ser nazi". En este sentido puntualizó que "la historia ya los juzgó hace muchos años". El ministerio público considera que lo que constituye delito es que en los libros intervenidos "se nieguen el holocausto y las cámaras de gas", así como que las referencias hacia los judíos sean "peyorativas, vejatorias y humillantes". La fiscal considera que "es demasiada casualidad que haya siempre un revisionista detrás de todas las editoriales" de otros países con las que Varela tenía relaciones. "No estamos solos" La acusación pública recordó que los hechos juzgados son delito en la Unión Europea. "En España no estamos solos en la lucha contra la xenofobia y el racismo, aunque hemos sido de los últimos en incorporarnos". El juicio que concluyó ayer es el primero que se celebra en España por una acusación de apología del genocidio e incitación al odio racial. El juez anunció al acabar el juicio que rechazaba la petición de la defensa de Varela para cuestionar la constitucionalidad de los dos artículos del Código Penal en los que se basaba la acusación. Por su parte, el abogado de SOS Racisme y de la Comunidad Judía ATID de Cataluña, Jordi Galdeano, reiteró también su petición de ocho años de cárcel contra Varela y afirmó: "Lo que es delito y constituye un riesgo para la democracia es la divulgación de una ideología que desprecia a ciertos colectivos". Por eso, reclamó "una sentencia en los términos más ejemplarizantes" y aseguró que la librería Europa "era un centro de difusión de propaganda nazi y fascista". Del mismo modo, el abogado de la Comunidad Israelí de Barcelona, que también ha ejercido la acusación particular, aseguró que "es absolutamente espeluznante que los libros digan lo que digan, pero mucho más espeluznante es que esas ideas las divulguen personas con una gran formación cultural", en alusión a Pedro Varela. El letrado expresó su preocupación por la afirmación del ex presidente de Cedade de que el público que frecuentaba su librería era joven. "Eso es lo que hay que evitar porque la juventud es muy influenciable", dijo. El comportamiento de una decena de personas mezcladas entre el público le dio la razón cuando prorrumpieron en aplausos tras la arenga exculpatoria de Pedro Varela. Después de declararse "el malo de la película" y "el chivo expiatorio de la alarma social" creada, Varela aseguró: "Combato, repruebo y ataco todo tipo de genocidio". Sin embargo, su propósito de enmienda quedó cuestionado cuando anunció: "Como historiador tengo el deber moral de seguir investigando el pasado, y si no se me permite dudar de lo que se ha dicho de ese régimen me empieza a faltar la vida". También vaticinó "Habrá un día en el que todos nos tengamos que entender, cada uno en su papel". Shimon Samuels, director del Centro Wiesenthal, que ha seguido el juicio como observador, aseguró: "Este proceso es una oportunidad histórica para que España se sume a la jurisprudencia europea y condene al padrino español del neonazismo". En su opinión, "la distancia entre la palabra y el acto es poca y este proceso debe fortalecer los anticuerpos de la democracia".

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