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Reportaje:

Un equipo decente... y español

Luis Gómez

Al Numancia se le señala con el dedo. Y hay motivo para ello. Es el líder de Segunda División, hecho meritorio en un modesto. Ha ganado todos los partidos. Doblemente elogioso. Ha marcado más goles que nadie (16) y ha encajado como el que menos (2). No hay discusión. Y decidió en su día no fichar jugadores extranjeros. Bingo.No ha pasado desapercibido el asunto. Tampoco es un caso único. Justo el segundo clasificado, el Toledo, sigue la misma conducta: no al extranjero. Es así como ahora el Numancia se ha convertido en un referente para que el fútbol español reflexione. Justo el Numancia, ironías del destino. La metáfora cuadra: nos imaginamos a su plantilla defendiendo hasta la muerte el honor perdido del futbolista español.

No representan sólo a Soria.

Desde hace semanas, la fama acecha al equipo. Se multiplican las entrevistas, los reportajes, los compromisos. El recuerdo de la gloriosa experiencia de la Copa del Rey de 1995-96, cuando alcanzó los cuartos de final ante el Barça tras eliminar a varios equipos de Primera, aún está caliente: vuelve la gloria al Numancia. Y vuelve con el entrenador que dirigió aquel equipo, Miguel Ángel Lotina, vizcaíno, 41 años.

Califica Lotina al Numancia como un equipo "decente". No ha querido decir modesto. Más bien, honesto. Gente joven con experiencia en el fútbol de segunda, gente escogida entre los descartes del Alavés y el Extremadura, por ejemplo. Gente que sabe cómo se sube a Primera. Gente que se compromete, que es lo que dicen que no hacen los extranjeros. Gente que sabe que en Segunda se lucha, no se juega. "No renuncio a jugar bien, damos las patadas indispensables", matiza Lotina. "Aquí no te dejan jugar ni para sacar el balón de atrás", explica Octavio, el capitán, 28 años, seis años en el Numancia. Octavio conserva en su casa el vídeo de los dos partidos que el Numancia jugó ante el Barça. Antes de aquello no había tenido la oportunidad de que le vieran por televisión. Todavía enchufa el vídeo y es capaz de adivinar cada jugada cerrando los ojos.

"¿Qué extranjero va a venir a Soria?", se preguntaba Lotina. "A un extranjero bueno no lo colocan en Soria". "Los pequeños tenemos que saber que cuando nos ofrecen un extranjero es que ya se lo han ofrecido antes a mucha gente y no lo han querido. Las posibilidades de que te engañen son mayores", añade el presidente, Francisco Rubio, empresario, 42 años. Así que Lotina se dispuso a hacer un equipo nuevo con jugadores que conociera personalmente. Le ofrecieron el correspondiente listado de africanos y suramericanos, y dijo que no. Buscó gente de calidad media y con carácter. Gente sana y honrada, para hacer un buen vestuario. Es decir, gente decente. "Porque ésa puede ser la clave de un ascenso", dice Ángel Camacho, centrocampista, 25 años, procedente del Alavés.

Lotina fichó a 14 jugadores. No se pagó un duro de traspaso. "Pero, aquí, pagamos puntualmente el día 30", afirma rotundamente el presidente. El Numancia tiene un presupuesto de 515 millones; el pasado año tuvo un beneficio de 2.900.000 pesetas. "Y no debemos una peseta a nadie". El sello del Numancia.

Los jugadores son conscientes del papel que les toca interpretar. "Nos alegra lo que está pasando, porque al jugador español le han puesto las cosas difíciles. Todos tenemos algún compañero en el paro. Y podemos demostrar que los españoles somos más profesionales. Supone cierta responsabilidad, pero no pensamos en ello cuando salimos al campo", sostiene Camacho. Abundan los solteros. Algunos comparten apartamento. Son capaces de irse juntos a tomarse unas cervezas. El trato es familiar. Con el entrenador hay distancia. Hay quien le tutea sólo cuando no se habla de táctica. Son hábitos adquiridos.

Quizá la racha se acabe al próximo partido. Quizá no suban y vuelvan las dificultades propias de una categoría tan perra como la Segunda. Pero, ¿y si el Numancia llega a Primera? Habla el presidente: "Nuestra única preocupación es llegar a los 47 puntos, que son los que nos garantizan la categoría. A partir de ahí, todo es regalo. Eso sí, soñamos con ello. ¿Y sabe para qué sirve? Para dormir bien cada noche".

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