Los 1.600 misioneros navarros que hay repartidos por el mundo, galardonados con la Medalla de Oro 1998

El Gobierno de Navarra comunicó ayer su decisión de galardonar a los 1.600 misioneros que la comunidad foral tiene repartidos por el mundo con la Medalla de Oro de Navarra 1998. Tres religiosos secuestrados y perseguidos en África este año, y que estuvieron a punto de pagar con su vida sus desvelos por los más desfavorecidos serán los encargados de recoger la Medalla, en su decimosexta edición, en representación del colectivo de religiosos, durante los actos organizados el próximo 3 de diciembre para festejar el Día de Navarra. Se trata de la monja Sagrario Larralde, perteneciente a la congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, y los agustinos José Luis Garayoa y Santiago Marcilla. Larralde y Garayoa fueron secuestrados a comienzos de año en la República Democrática del Congo y Sierra Leona, respectivamente, por guerrilleros. Marcilla tuvo que permanecer 14 días escondido en la selva. Los misioneros navarros trabajan en 65 países de América, África y Asia en 130 congregaciones diferentes, dedicados a tareas educativas, sanitarias y sociales. El presidente navarro, Miguel Sanz, explicó ayer que su trabajo da a conocer internacionalmente el compromiso de los navarros por la cooperación internacional. "La función social y espiritual que realiza este conjunto de personas es ejercida con frecuencia en unas condiciones de vida extremadamente duras, asumiendo riesgos con una valentía y coraje que en algunos casos les ha llevado a perder la propia vida en su entrega a los demás", recordó. El 60% de los misioneros son mujeres y 12 de ellos son obispos. José Luis Zugasti, vicario general de la diócesis de Pamplona, agradeció el galardón y afirmó: "Lo mejor que tenemos hoy en Navarra son nuestros misioneros".