El Zaragoza gana desde la humildad
El Extremadura lleva desde el mes de mayo sin marcar en su estadio
El Zaragoza crece en autoestima y coherencia. Ayer se enganchó a la victoria desde la humildad y el esfuerzo colectivo, adaptándose con soltura a las circunstancias del partido y del rival. Arrancó con prudencia, sin desestimar al oponente y con las ideas muy claras. Protegió su área con seguridad pero sin caer en la vileza, aseguró el balón en el centro del campo y mostró recursos ofensivos. Al contrario que el Extremadura, que continúa sin conocer la victoria. Bloqueado en ataque, desde mayo cuando militaba en Segunda División aún no ha dado a los aficionados la satisfacción de disfrutar con un gol en el Francisco de la Hera.El conjunto de Txetxu Rojo reivindica su papel de equipo revelación con numerosos argumentos: admirable colocación en el campo, persistencia en su juego y un grupo esforzado. Decía Rafa Benítez, el técnico del Extremadura, que no le obsesiona la victoria, que su equipo juega bien. Cierto, si la raíz del fútbol no estuviera en el gol, y al contrario que el Zaragoza, que disfruta de la versatilidad de Milosevic, Marcos Vales y Kily González, los azulgrana no tienen ninguna garantía en su delantera. Gabrich y Rueda son apuestas para el sufrimiento, no para el gol.
EXTREMADURA 0 - ZARAGOZA 2
Extremadura: Gaspersic; Óscar Rueda, m.70) , Félix, Kalla, Oli; Pedro José, Eraña, Belenguer (Manuel, m. 60), Soto; Duré y Gabrich (Amador, m. 50).Zaragoza: Juanmi; Pablo, Aguado, Paco, Sundgren; José Ignacio (Aragón, m. 63), Acuña, Marcos (Radimov, m. 87), Vales, Kily González; Jordi (Jamelli, m. 72) y Milosevic. Goles: 0-1. M. 55. Kily González engancha un fortísimo disparo desde fuera del área que bate por bajo a Amador. 0-2. M. 85. Milosevic, ante la pasividad de la zaga local, eleva el balón por encima de Amador. Árbitro: Díaz Vega. Amonestó a Milosevic, Aguado y Manel y expulsó con tarjeta roja directa a Gaspersic (m.50). 10.000 espectadores en el Francisco de la Hera.
El partido nació sin sobresaltos, directo y previsible. Un primer tiempo que el Extremadura ejecutó con perfección, fiel a ese estilo que encandila a Van Gaal: orden y organización. El esférico al suelo, apoyos continuos y desdoblamiento en las bandas, aunque excesivamente en la derecha. Duré, muy arropado de cerca por Pedro José, y un pletórico Belenguer aglutinaron el juego. Un fútbol claro, corto y explosivo hasta llegar al borde del área. Ahí agotó su munición. El Zaragoza a lo suyo, según el aviso de su técnico. Fuerza, tranquilidad y a no perder la compostura. Fue un poco más de lo de siempre. El Extremadura haciéndolo bonito en el arranque, revoloteando alrededor de la meta rival y purgando su incapacidad ofensiva. Sus tres mejores ocasiones fueron en jugadas a balón parado.
Tanta lectura plana quedó hecha añicos tras el descanso. A una clara ocasión de Pedro José siguió otra de Kily González y el penalti de Gaspersic a Jordi. Ahí apareció Amador para detener el lanzamiento de Milosevic.
El partido se agitó. El Extremadura se creció arropado desde la grada. Fue un espejismo. Kily González, con un espléndido disparo, aguijonó la moral local. Tocado psicológicamente, el grupo de Benítez refrenó sus impulsos y el Zaragoza, con el marcador a su favor, mostró otro talante. Aparcó Rojo su sentido práctico y tiró de calidad. Sentó primero a José Ignacio por Aragón y después al debutante Jordi por Jamelli. Sin soltura, tímido, un tanto pusilánime, el Extremadura se vio atenazado. Herido, sin ideas, y el Zaragoza, más agresivo, tomó el mando del partido y al final terminó jugando a placer.
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