Dimite Pedro Román, brazo derecho de Gil en el Ayuntamiento de Marbella
El primer teniente de alcalde de Marbella, Pedro Román, abandonó ayer las filas del grupo de Jesús Gil "por razones estrictamente personales". Román ha sido el hombre de confianza de Gil en los siete años que lleva su grupo al frente del gobierno municipal. En este tiempo encarnó el papel de alcalde accidental ante las prolongadas ausencias de Gil y adquirió una lujosa urbanización valorada en más de 2.000 millones de pesetas. Los partidos de la oposición interpretan la dimisión como una huida del edil de procesos judiciales pendientes y el desmoronamiento del grupo de Gil. Sus adversarios políticos le bautizaron como "la sonrisa del régimen" ante las descalificaciones y exabruptos de su jefe de filas, Jesús Gil, con el que formó un tándem perfecto. "Por Jesús hago lo que me pida", reconoció alguna vez el edil, que recibió de Gil los primeros 100 millones de pesetas que le permitieron adquirir la urbanización Marbella Sierra Blanca, que acarreaba 2.000 millones de pesetas en deudas. Carta de dimisión El Ayuntamiento hizo pública ayer la carta de dimisión que Román envió a Gil el pasado día 24. "Ha sido un privilegio acompañarte en estos casi ocho años y siempre agradeceré la confianza y la amistad que me has otorgado, permitiéndome participar en el gobierno municipal del alcalde, para mí, más importante de este país", dice Román en el escrito que se presenta como su "única declaración oficial" sobre su marcha. Sin embargo, para la oposición municipal las verdaderas razones de la dimisión pasan por el desmoronamiento del Grupo Independiente Liberal (GIL) y las causas judiciales que tiene pendiente el edil. Para la portavoz del PSOE, Isabel García Marcos, con la marcha de Román, Gil pierde a "su más allegado colaborador político y de negocios, que en el último año dejó de firmar convenios urbanísticos". García Marcos señala un próximo pronunciamiento de la fiscalía anticorrupción en la operación de Marbella Sierra Blanca y la petición de inhabilitación del edil ante el juzgado, por un presunto delito de prevaricación, como las causas de este abandono. Desde el PP también se interpreta esta dimisión como la "desvertebración del equipo de gobierno del GIL", al entender que tras los motivos personales se esconden causas judiciales. La presidenta de la ejecutiva local, Ángeles Muñoz, pidió a Gil que explique la crisis que sufre el Ayuntamiento marbellí, cuya situación calificó de "confusión y caos". El concejal de IU, Antonio Martín, también apuntó a las denuncias interpuestas contra Román por supuestos delitos urbanísticos como el motivo de su marcha. "Si no va a la cárcel será inhabilitado por las irregularidades que ha firmado, referidas al Plan General de Ordenación Urbana de Marbella", sentencia Martín. En términos parecidos se pronunció el ex concejal del GIL, Carlos Fernández, para agregar "luchas internas del partido" como otra de las causas de la dimisión. El PSOE denunció en 1996 ante la fiscalía anticorrupción la operación de compra de Marbella Sierra Blanca, al entender que ésta se realizó mediante "procedimientos opacos", sociedades interpuestas afincadas en paraísos fiscales. Román justificó esta operación como "una estrategia empresarial".
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