La Copa Davis es cosa de todos
La federación mantiene problemas sin solucionar con técnicos y ex jugadores
La preocupación mostrada el domingo tras la derrota de España ante Suecia por Santiago Fisas, Secretario de Estado para el Deporte, y por Agustí Pujol, presidente de la Federación Española de Tenis, por conseguir ganar la Copa Davis es loable pero no basta. Conseguir la "Ensaladera" es cosa de todos. No es suficiente con pagar un buen sueldo a los jugadores, o prometerles que pronto tendrán pistas interiores de moqueta. Hay otros aspectos que también deben cuidarse y que, en algunos casos, ha pasado por alto la federación.En Suecia pudo detectarse cierto malestar entre los entrenadores de los jugadores españoles, porque se les exigió que vistieran con el chándal oficial cuando estuvieran junto al resto del equipo en el banquillo de la pista. La situación llegó al extremo de que Josep Perlas, técnico de Carles Moyà, se negó a ponerse el chándal y fue amenazado con no poder sentarse en el banquillo. "Si hace falta me iré a otra parte", explicó un miembro del equipo que respondió el técnico. Al final se sentó con el resto del grupo.
El problema no es nuevo. Parte del planteamiento de la Federación Española de que los técnicos no forman parte del equipo. Como consecuencia, no son invitados a las cenas del equipo -en Suecia ocurrió el pasado miércoles- y no entran en el paquete de gastos: el hotel, las comidas y los desplazamientos se les descuentan a los jugadores. Por otra parte, la FET no les paga por llevar el chándal oficial, a pesar de que el equipo tiene un patrocinador. Sin embargo, son ellos quienes llevan el peso de los entrenamientos de sus jugadores, bajo la supervisión general de Manuel Santana, el capitán. Y son consultados en numerosas ocasiones a lo largo del año por Santana, que se interesa por el estado de los mejores tenistas españoles, cumpliendo una de sus funciones.
El ambiente en el equipo es extraordinario. Y en gran parte se debe a que los técnicos son amigos entre ellos y llevan su tarea con discreción y con ánimo de colaborar en la consecución de la Copa Davis. "Hacemos lo que podemos", explicó el entrenador de un jugador del equipo español. "Pero a mí no me gusta verme excluido del equipo en las comidas y tener que sentarme en otra mesa, cuando en la de los jugadores se sientan el médico, el masajista, el delegado y a veces algún directivo".
La Federación no tiene ningún dinero presupuestado específicamente para la Copa Davis. Sin embargo, con motivo de la final de la Copa Federación en Suiza financió el viaje de 50 aficionados que viajaron en autocar e invitó a todos sus empleados. Y anualmente reune a sus directivos, con gastos pagados, en alguna eliminatoria de Copa Davis que se celebre en España. Eso es lo menos que se merecen estas personas que ceden parte de su vida en pro del tenis. Pero si hay presupuesto para eso, también debería haberlo para lo otro.
Por otra parte, la federación ha demostrado tener muy poco respeto con los ex jugadores de Copa Davis. Una leyenda como Andrés Gimeno pasó un mal trago, cuando el pasado verano en A Coruña, su amigo y representante de la Federación Internacional en aquella eliminatoria, Neale Fraser, quiso invitarle al comedor de VIPS, el único que había en el club. "Te dejo aquí porque yo no puedo entrar", le dijo Gimeno en la puerta. "¿Cómo dices?", le respondió Fraser, ex capitán australiano de Copa Davis, exaltado. "Me parece una vergüenza que a los ex jugadores os traten de esta manera. En Australia nos veneran", agregó. Y de inmediato le entregó tres brazaletes para que pudiera entrar.
Todos estos son aspectos que no pueden olvidarse si España quiere ganar la Copa Davis. Sólo hay que echar una ojeada a lo que ocurría en el equipo español hace algunos años -disputas entre jugadores y entrenadores-, para comprender que lo que España tiene ahora es formidable. Hay unos jugadores de calidad con un talante abierto, cuyo objetivo es ganar la Copa Davis. Hay un grupo de técnicos dispuestos a colaborar. Hay algunas leyendas que estarían encantados de poder ayudar. Hay un CSD que en diciembre pondrá la primera piedra para la construcción de cuatro pistas cubiertas. Y hay una federeración que debe cuidar de que todo eso no acabe estropeándose.
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