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VUELTA 98

¿Y ahora qué, Abraham Olano?

El guipuzcoano aún no ha empezado a negociar la renovación con el Banesto

Carlos Arribas

¿Quiere Banesto que Abraham Olano siga en el equipo? ¿Quiere Abraham Olano continuar en el Banesto la próxima temporada? Las dos preguntas son legítimas aunque parezca un contrasentido. Las dos no tienen una respuesta fácil. Sólo se pueden aventurar aproximaciones a una situación que suena a extraña en unos momentos que deberían ser de euforia, celebraciones y pelillos a la mar. Pocos pueden entender que el Banesto no esté dispuesto a echar el resto por el corredor que les ha dado su primera Vuelta; y pocos deben entender que Olano no esté dispuesto a hacer lo posible por seguir en el equipo que le ha conducido a ganar una gran ronda. Pero la única realidad es que Olano, quizás el ciclista mejor pagado del mundo (en torno a los 300 millones de pesetas anuales) aún no ha empezado a negociar la renovación de su contrato, que termina en diciembre tras dos años de estancia en el equipo de José Miguel Echávarri. Y otra realidad: no se sabe si en algún momento se sentarán.La química entre el mejor corredor español del momento y el equipo que siempre se ha obligado a contar con el mejor líder español nunca ha funcionado a la perfección. Las polémicas de la Vuelta (intervención crítica de Karmele, mujer-mánager del corredor; intento de enfrentamiento mediático con Jiménez) no han añadido, en ese sentido, nada que no existiese antes, pese a que en el entorno del corredor se haya intentado capitalizar para justificar una posible ruptura y para invitar a la ONCE a entrar en una puja de ofertas; y pese a que en el Banesto alguien lo pueda utilizar para justificar una no renovación.

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El primer año, el primero sin Induráin, el asunto no preocupó: se consideró por ambos lados una temporada de transición, de adaptación al medio. Terminado el curso (un laborioso cuarto puesto en el Tour como cosecha), los responsables del Banesto pusieron en marcha una operación de enamoramiento. Operación de anginas, dietólogo, venta a la opinión pública del nuevo Olano... La luna de miel, sin embargo, acabó pronto. Olano no acabó de confiarse a sus directores. No entró en su ambiente permanente de medias palabras. Prefirió seguir los consejos de su mujer y de su amigo médico, Iñaki Arratibel. Ya por entonces, en marzo-abril, comenzó el proceso de su no renovación. El ciclista interpretó por una información publicada que el Banesto no confiaba en él y que no querían sentarse a negociar porque no querían renovarle. El equipo, por su parte, interpretó que el corredor quería retrasar la negociación hasta después del Tour para lograr que otros equipos entraran en liza y aumentar su cachet.

En el Tour, Olano volvió a achacar a sus directores que no confiaban en él para la montaña y que hubieran dado carta libre a los corredores para buscarse la vida. Su caída en el Aubisque justificó su retirada y cerró la polémica interna. Pero terminó el Tour y no hablaron del futuro.

Ha terminado la Vuelta y aún no han hablado. Como en todo proceso, han aparecido novios diferentes (la ONCE, en verdad interesada, el Vitalicio, a quien se achaca una billetera sin fondo) e imposibles (Euskaltel-Euskadi). El precio de mercado, evidentemente, debería haber aumentado. Pero no. Algunos interesados han llegado incluso a insinuar que el Banesto habría preferido que ganara la Vuelta Jiménez, para ahorrarse dinero en la renovación de Olano. Pero, al revés. "Lo que haga en la Vuelta no influirá para nada en nuestra opinión sobre Olano", dijeron en el Banesto antes de la ronda española. "Nuestra valoración la hacemos con lo que nos ha dado los dos años enteros". En otras palabras: Olano cobraba lo que un ganador de Tour y no era más que un ganador de Vuelta. O sea, la oferta del Banesto sería más o menos una rebaja a la mitad de su ficha anterior. Y ésa no es la única sorpresa.

Los del ONCE-Deutsche Bank quieren a Olano y en los próximos días le harán una oferta. "Pero nuestro tope es lo que gana Jalabert [unos 125 millones al año] y estamos seguros de que el Banesto echará el resto", dicen en ese equipo. "Nos gustaría verlo en la ONCE, pero estamos seguros de que seguirá en el Banesto". O no.

A mediados de Vuelta, Echávarri quiso hablar con Olano del futuro. El corredor le remitió a su esposa-mánager. Echávarri le respondió que no podía negociar con ella. Ha terminado la Vuelta. Los cálculos de Echávarri le dicen que a Olano le va a correr prisa cerrar la negociación. A él, al director, no. "Tenemos que ser más prudentes que nunca", dice.Y dejar claras sus condiciones. La fundamental: "Quremos a corredores que nos quieran". Están convencidos de que Olano les quiere, pero sólo si es él el que decide. "Sólo queremos a Olano, no a su entorno".

La otra carta que puede jugar el corredor para encarecerse -la necesidad que tiene el Banesto de un líder- también le puede salir mal. El banco ha dejado en manos de los directores el asunto Olano. Y éstos ya han dicho que no les importaría nada tener un equipo con sólo Jiménez como corredor de fama.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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