El presidente del Banco de Valencia potencia el papel de los accionistas frente a los directivos

El Banco de Valencia primará a partir de ahora la presencia en sus órganos de gobierno de los consejeros accionistas en detrimento de los directivos de la casa. El presidente de Bancaixa y del Banco de Valencia, Julio de Miguel, ha sido el primero en dar ejemplo al ocupar la presidencia del Banco de Murcia, vacante desde que el ex director general de Bancaixa, Emilio Tortosa, dimitiera de su cargo. El consejo cesó también al ex presidente de Bancaixa, José María Simó Nogués, como su representante en Aumar y designó en su lugar a María Dolores Boluda, emparentada con Juan Villalonga.

El presidente del Grupo Bancaixa, Julio de Miguel, ha iniciato el proceso de reorganización interna del Banco de Valencia. De Miguel y sus asesores han adaptado el consejo del banco al décalogo que se postula en el Informe Olivencia, un código de conducta referido a los consejos de administración. El asunto no es nuevo. El presidente del Grupo Bancaixa -que además de la caja de ahorros, preside los dos bancos del grupo (el de Valencia y el de Murcia)- ya anunció nada más llegar al cargo su intención de restar margen de decisión al equipo directivo que lideraba Tortosa. Éste, durante los años que dirigió la caja de ahorros, se rodeó de un equipo directivo con amplios poderes ejecutivos, buscando, en la medida de lo posible, la profesionalización de los consejos de administración del grupo Bancaixa, ya fuera el de las cajas de ahorros o el de los dos bancos participados. De Miguel no comparte este modelo de gestión y ha iniciado la remodelación en la caja y en los bancos. En opinión del actual presidente de Bancaixa, los órganos de gobierno del grupo financiero estaban gobernados por los consejeros directivos por lo que había que limitar sus atribuciones. El Informe Olivencia otorga soporte teórico a lo expresado por De Miguel. En esencia, el documento propone un consejo integrado por pocos miembros y con una composición equilibrada, que incluya a consejeros externos independientes y de prestigio. Un consejo donde se valore más a los accionistas y que se encargue de revisar la eficacia de los sistemas de control de la sociedad. También propone el decálogo, un control anual del presidente, que no debe acumular además la condición de consejero delegado. A partir de este documento, el consejo del Banco de Valencia aprobó en su consejo del pasado lunes la creación de dos comisiones, que serán presididas por accionistas, no por directivos. Son la Comisión de Nombramientos y Retribuciones, que dirigirá Celestino Aznar, y la Comisión de Auditoría, que presidirá Álvaro Noguera. La primera se encargará de proponer al consejo los nombramientos de los consejeros más cualificados y la segunda se encargará de controlar la gestión del banco y su relación con los auditores externos. Además de Noguera estarán en esta comisión Antonio Tirado, Juan Antonio Girona y Antonio Muñoz. En la misma sesión del consejo, De Miguel fue nombrado presidente del Banco de Murcia, tras la dimisión de Tortosa hace unos meses. También entrarán los consejeros del Banco de Valencia Juan Lladró y María Irene Girona, accionistas minoritarios de la entidad financiera. Por lo demás, continuarán en el consejo del Banco de Murcia los consejeros directivos Domingo Parra, Aurelio Izquierdo, Bartolomé Díaz y José Manuel Arroyo. Los consejeros aprobaron, por otro lado, el cese de José María Simó, ex presidente de Bancaixa, como representante del Banco de Valencia en Aumar, que a partir de ahora será ocupada por María Dolores Boluda, familiar del presidente de Telefónica, Juan Villalonga.