"Me quito el sombrero ante mis jugadores"

, Un gesto valió por mil palabras. Cuando acabó por no encontrar la frase en su escaso castellano con el que se expresó, Louis Van Gaal recurrió a la mímica e hizo un movimiento con la mano: se quitaba el sombrero. Elogiaba de esta manera "la inteligencia, el espíritu y la ambición" con la que, según afirmó, sus jugadores superaron todos los inconvenientes que se encontraron en el Bernabéu. Van Gaal festejaba el empate como una victoria y ofrecía todas las explicaciones que se le solicitaban. El entrenador del Barcelona era ayer un hombre amable y feliz, y poco le importó que la policía tuviera que protegerle de los lanzamientos de objetos tras su aparatosa celebración del 2-2. No se trataba sólo del resultado, sino que había salido airoso de su duelo particular con Guus Hiddink. El duelo de banquillos, aunque sus protagonistas no lo admitan, existe. Ayer Van Gaal y Hiddink renunciaron a las normas mínimas de cortesía y ni tan siquiera se saludaron. Su condición de colegas y paisanos no fue suficiente para dejar a un lado su historia de desencuentros. Hiddink sí saludó en cambio a los jugadores holandeses del Barcelona siguiendo la iniciativa de Clarence Seedorf, que se abrazó uno por uno con todos antes del partido y a los ojos del Bernabéu.Con la satisfacción en el rostro por el resultado, Van Gaal recitó los logros de su equipo. A saber: "Un marcador adverso. Primero un 1-0 y después un 2-1. Y como ya pasó en Manchester hemos remontado. Hemos demostrado una mentalidad muy buena". En segundo lugar, las faltas que el árbitro señaló en contra de su equipo. Se le informó de que fueron 37 por 17 en contra del Real Madrid. "Mi sensación ante eso es increíble. Pero a pesar de ello continuamos jugando con ambición y espíritu. No nos quejamos al árbitro y tuvimos tranquilidad. Y para mí es fundamental jugar con cabeza y por eso pienso que mis jugadores han actuado de una manera fantástica porque yo en el banquillo ya estaba un poco irritado por esta causa". Y por último: "El Madrid en la segunda parte pensaba en la victoria por 2-1 y no quería jugar. Renunciaron al juego en los últimos 15 minutos. Estaban cansados por el partido ante el Inter y además creían que ya habían ganado. Para frenar el juego ha hecho el campo muy grande. Pero nosotros a pesar de que también acusamos el esfuerzo del partido contra el Manchester hemos seguido corriendo mucho y presionando. He tenido la sensación, al igual que pasó en Manchester, de que pudimos ganar, pero después de una semana tan difícil estoy contento".

Mientras Van Gaal hablaba del partido, Hiddink aguardaba su turno en una sala cercana. Cuando concluyó su exposición el técnico azulgrana entró el madridista, que no quiso comenzar a hablar hasta que Van Gaal se marchó. La primera pregunta a Hiddink tuvo que ver con una de las explicaciones dadas por Van Gaal sobre lo sucedido. "El técnico del Barcelona dice que el Madrid renunció al juego en los últimos 15 partidos". "Con tres tarjetas que teníamos atrás no podíamos seguir, por eso salió Iván Campo". La respuesta no aclaró nada qué había sucedido en opinión de Hiddink.

La versión de los hechos del entrenador del Madrid fue poco concreta. Él lo reconoció. "Es difícil analizar el partido con la mente caliente, necesito más frialdad". Pero aún así Hiddink reconoció: "El empate fue justo. En la primera parte dominamos, pero hay que ser honrados y reconocer que el Barcelona dominó en la segunda, aunque también es cierto que con el 2-1 hubo una oportunidad de Mijatovic que si hubiera entrado habría resuelto el partido"· Hiddink habló como después hicieron sus jugadores de "cansancio" y reconoció que la ausencia de Roberto Carlos hizo que el Madrid "perdiera" capacidad ofensiva. "Pero no son justificaciones".

Hiddink abandonó la sala intentando evitar de nuevo toparse con Van Gaal. El técnico azulgrana atendía en esos momentos a la televisón de su país. Su historia de desencuentros prosigue.