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Un disco rescata las históricas grabaciones de Graziella Pareto

En la actualidad, sólo los más veteranos aficionados a la ópera saben que la soprano catalana Graziella Pareto, nacida en Barcelona el 5 de mayo de 1889, hija de Manuel Pareto y Engracia Homs, fue una de las máximas divas de principio de siglo, que obtuvo clamorosos triunfos en los coliseos líricos más importantes de su tiempo. Coincidiendo con el 25º aniversario de su muerte, el 1 de septiembre de 1973 en Roma, el sello catalán Aria Recording publica en un solo compacto todas las arias, dúos y escenas con coro grabadas por la hoy demasiado olvidada diva catalana.

Graziella Pareto, la más exquisita de las sopranos ligeras españolas que triunfaron en las dos primeras décadas de este siglo, decidió retirarse a los 37 años, en plenitud de sus facultades vocales, tras casarse y establecer su residencia en Italia. El súbito cese de toda actividad teatral y discográfica explica en parte el absoluto desconocimiento de su voz para varias generaciones de amantes del bel canto. El disco monográfico reúne sus históricas interpretaciones grabadas en discos de 78 r.p.m. para la representativa His Master Voice en dos periodos de su carrera, 1908 y 1918-1920. Las arias seleccionadas documentan el arte de la Pareto en el repertorio operístico de su coloratura, con el que cosechó sus mayores éxitos con títulos como La sonnambula, de Bellini; Lucia di Lammermoor, de Donizetti; Rigoletto y La traviata, de Verdi, y Lakme, de Delibes. El programa se completa con una serie de canciones populares catalanas y de autores españoles e italianos. En la selección operística destacan dos arias de Las bodas de Figaro, título que Pareto estrenó en el Liceo en 1916, y Don Giovanni, que muestran su especial dedicación al repertorio mozartiano. Pareto debutó en el Liceo en 1906 cantando, con 17 años, la Micaela de Carmen, de Bizet. Graziella Pareto exhibía cualidades líricas insólitas que le permitieron ampliar su repertorio con personajes de peso de La traviata, con el que obtuvo un gran triunfo en 1920 en el Covent Garden de Londres. En su voluntariamente corta carrera vivió memorables veladas tanto en escenarios europeos como en los grandes coliseos de Nueva York, Chicago, México y Buenos Aires. Su temporada más esplendorosa en el Liceo fue la de 1910. En plena fama, se casó en segundas nupcias con un médico italiano que le rogó que abandonara la carrera. Viajó con frecuencia a su Barcelona natal y en 1928 accedió a cantar en un recital para la Associació de Música de Càmera.

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